Un error en la prórroga deja a la Cultural fuera de la Copa (1-2)
La Cultural tutea al equipo bilbaíno, que se limitó a aprovechar dos despistes defensivos Las impresiones: Cantarero | De
Carlos Cantarero utilizó el mismo esquema de siempre para acometer el partido copero frente al Athletic de Bilbao, aunque varió a algunos peones. Raúl Moreno ocupó la portería, sin que al técnico madrileño le afloraran los sentimentalismos por aquello de que Etxeberria se hizo guardameta al lado del Chopo Iribar en Santa María de Lezama. La mayor sorpresa radicó en el centro de la defensa, con la presencia de Jusué. El ex osasunista saltó de inicio, sin esperar a gozar de algunos minutos con anterioridad a un encuentro de cierta trascendencia, aunque no se encontró extraño en ningún momento en el campo. Roberto Landáburu también tuvo su premio y salió en el once inicial, con lo que Willy fue el sacrificado. La capacidad de sacrificio de Landáburu y su trabajo en el medio del campo bastaron para que la apuesta diera el resultado apetecido. El Athletic de Bilbao, por su parte, sacó al césped a los pesos pesados, aunque Ernesto Valverde decidió dejar como hombres de refresco a jugadores de la capacidad de Del Horno, Karanka, Yeste y Tiko. Los dos esquemas trataron de adquirir el peso del juego en el centro del campo. Muy pronto adquirió el equipo bilbaíno el peso en la medular, con llegadas continuadas sobre el área de la Cultural. Jonan se convirtió en la referencia vizcaína en funciones de ataque. Muy pronto creó peligro el once visitante. La banda derecha de Etxeberria, con apoyos de Jonan García, pasó a hacerse con el control del compromiso copero. Un servicio desde la derecha a Urzaiz, con todo a su favor, no acabó en las mallas por no situar en su sitio el punto de mira. La presión del Athletic en el centro del campo no sirvió para sacar provecho a su dominio territorial. Sólo para demostrar la categoría en la que milita uno y otro equipo. Valverde ordenó jugar el balón por encima de otros recursos. Los rojiblancos no expusieron demasiado peligro sobre el verde, aunque nunca vieron inquietado su marco, hasta que en un saque de esquina, en un salto desafortunado del meta Lafuente, se lesionó en la rodilla izquierda, que le impidió seguir en el campo. Aranzubia se colocó debajo de los palos. A partir de entonces, la Cultural se sacudió el dominio de los bilbaínos. Comenzó a coordinar juego de medio campo hacia adelante. El Athletic se encogió y el equipo leonés inició un tuteo en toda regla sobre el cuadro vasco. Pese a que el juego se equilibró, ninguno de los dos equipos se mostró contundente en su disposición en el campo. Los bilbaínos esperaron la contra, según se puso el encuentro. Ninguno de los dos cuadros arriesgó en exceso, hasta que en una falta no sancionada por el colegiado Teixeira Vitienes sobre Pepín, propició una arrancada vertical de Athletic, que situó el balón en las botas de Urzaiz, que se fue por velocidad de la defensa leonesa, dejando a Ivo sentado en su salida a la desesperada, para servir hacia el área, en el que Orbaiz remató a la red, sin que el balón diera ni un sólo bote en el césped. La parroquia culturalista se enfadó al considerar que los integrantes del Athetic de Bilbao no habían actuado con limpieza ni deportividad, porque el culturalista Pepín, tras la falta, se había quedado tirado en el césped. Hasta Paulino se encaró con el árbitro. Pero de nada sirvió. El Athletic se retiró a los vestuarios con el marcador el favor, aunque sin nada resuelto.