Ademar exhibe su fortaleza para vapulear a un Bosna desahuciado

Los partidos que se afrontan con los deberes hechos -y los leoneses se aplicaron a ello hace una semana en Sarajevo- suelen ser de dos tipos. O bien el equipo más fuerte agarra una pájara de espanto y las acaba pasando canutas o bien opta por gustarse, se divierte jugando y saca sus mejores recursos y habilidades a la pista para el disfrute de los espectadores. El que en la tarde de ayer se disputó en el Palacio Municipal de Deportes entre el Ademar y el Bosna Sarajevo para decidir el pase a octavos de la Recopa fue de este segundo tipo. Y si no que se lo pregunten a quienes gozaron con las fintas tipo rey del swing del ruso Krivoschlykov -una pancarta apremiba su renovación- o con los pases mirando a la grada del noruego Kjelling. Los leoneses -que ya ganaron en Sarajevo por un rotundo 33-42- eran conscientes de su gran superioridad. Y los bosnios también. De hecho, al final del encuentro pidieron hacerse una fotografía con todo el plantel del Ademar en la cancha para tenerla como recuerdo. Todo un detalle ilustrativo. Así las cosas, el ténico Manolo Cadenas aprovechó el partido para hacer rotaciones dando entrada a quienes disfrutan de menos minutos y dio descanso al pivote Manolo Colón. No hubo ningún problema, los menos habituales cumplieron bien. Inlcuso con buena nota, como reconoció el propio Cadenas al final del choque. Tras un inicio bastante igualado -empate a cuatro a los ocho minutos- la apisonadora Ademar calentó motores y empezó a exhibir todo su poderío. Una fortaleza, como siempre asentada en los paradones de Jorge Martínez, que ayer protagonizó otra soberbia actuación; en una defensa rocosa con los pivotes blindando las zonas de entrada y una velocidad endiablada para correr el contraataque. Un motivado Krivoschlykov y un acertado Martínez cimentaron la primera ventaja seria (7-4) pasados los primeros diez minutos. Precisamente diez debió ser la renta que el conjunto leonés pactó en el vestuario para dejar el partido totalmente sentenciado. Cuando la consiguieron, en la recta final del primer tiempo con un 19-10, la conservaron sin agobios el resto del encuentro y al final incluso la ampliaron con sólo apretar un poco el acelerador. Y es que siempre dio la sensación de que los leoneses no ponían toda la pólvora en el parquet. De lo contrario, la paliza hubiese sido más escandalosa. Con un Bosna desahuciado, Cadenas volvió a dar protagonismo a los más jóvenes del plantel. Y todos aprovecharon su oportunidad. Yeray Lamariano jugó toda la segunda parte a un gran nivel y abortó hasta tres contrataques seguidos de los balcánicos. Prendes, se fajó como los buenos contra los defensores bosnios y al final terminó como el máximo artillero del encuentro con ocho goles. Y Viran realizó buenos pases de gol además de poner mucha intensidad. Con el pasar de los minutos, Ademar se mantenía en una cómoda ventaja de entre doce y trece goles. En buena lógica la relajación tenía que llegar y llegó. El juego se volvió más irregular y la defensa perdió consistencia. La pequeña brecha fue aprovechada por los bosnios para pegar un pequeó arreón y volver a diez por debajo (36-269. Fue un espejismo. En los cinco minutos finales. Krivoschlykov, Prendes y Curuvija volvían a poner las cosas en su sitio. Al final 43-28 y a octavos de la Recopa. Ahora, que haya suerte.