El futuro del fútbol español está en la manos de 179 asambleístas
Se prevé una lucha cerrada entre los continuistas de Villar y los revolucionarios de Gerardo Tres personajes peculiares que aspiran a un sillón más que apetecido
La suerte de la Federación Española de Fútbol para los cuatro próximos años pasa por lo que decidan hoy viernes un máximo de 179 personas, de ellas 19 presidentes de territoriales y únicamente 17 futbolistas profesionales. Debido a una normativa cuestionable pero igual para todas las modalidades deportivas, sólo los miembros de la Asamblea, en representación de todo el fútbol nacional, asumen la responsabilidad de dar mayoritariamente su confianza por quinta vez consecutiva al acosado Ángel Villar o aceptar la revolución que propone Gerardo González. Sebastián Losada, el tercer candidato en liza, aparece en las quinielas como un simple convidado de piedra con aspiraciones de corredor de fondo. El proceso que hace meses parecía desembocar en una victoria cantada de Villar, por aquello de que la Ley del Deporte favorece el continuismo y quien tiene el poder habitualmente controla los resortes e inicia la partida con las cartas marcadas, ahora se presenta igualadísimo. Con sus denuncias y compromisos de regeneración, limpieza y transparencia, el mensaje de Gerardo González, unido en su candidatura a Gerardo González Retamero, ex presidente del Betis, ha calado hondo entre muchos asambleístas. Enorme incertidumbre La incertidumbre es enorme, lógico después de que previamente buena parte de los asambleístas dieran su firma a varios candidatos. Curiosamente, para poder presentarse Villar recibió 119 avales y González 133 (33 presentados ante la Federación y un centenar ante notario, según dijo para evitar presiones y represalias). Losada, por su parte, comparece con sólo 27 apoyos, los mínimos exigidos. La Asamblea encargada de elegir al presidente de la FEF comenzará a las once de la mañana en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Cada elector sólo podrá votar a un candidato y no cabe el sufragio por correo ni la delegación de voto de un asambleísta en otro. Los sobres y las papeletas estarán a disposición de los votantes desde las 9,30. Tras el escrutinio, el candidato que alcance la mayoría absoluta será proclamado presidente por la Junta Electoral. Si nadie obtiene los votos necesarios, se procederá a una segunda vuelta entre los dos aspirantes más respaldados. Llegados aquí, ganará el que consiga la mayoría simple. En el improbable supuesto de que persistiera el empate, el presidente de la Mesa suspendería la sesión por una hora y tendría lugar una tercera vuelta. Si el resultado no resolviese la igualdad, se procedería a un sorteo.