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España tropieza con el oficio italiano y aplaza su pase a semifinales (2-3)

Los de Nuccorini vivieron su minuto de gracia y ejercieron de nuevo de bestia negra

Publicado por
Enrique Pazos - taipei
León

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Italia volvió a jugar el papel de bestia negra de la selección española en el segundo encuentro de la segunda fase del Mundial. Al igual que hace poco más de un año en las semifinales del Europeo, los de Javier Lozano se estrellaron con el oficio de los trasalpinos, para los que el triunfo era una obligación para seguir con vida. Los de Nuccorini vivieron su minuto de gracia, el último antes del descanso en el que marcaron dos goles, y tomaron una renta (3-1) que fue ya definitiva ante los problemas de finalización de los españoles, que se jugarán su billete para semifinales ante Portugal. Y eso que el partido se puso de cara para los intereses españoles, que encontraron el premio en la estrategia. Kike acertó a conectar con Javi Rodríguez dentro del área transalpina y éste puso el 1-0 en apenas 30 segundos. Con la renta en el marcador el equipo se vino atrás y cedió la iniciativa a un rival que se plantaba con más frecuencia de la esperada en las inmediaciones de la meta española. Un córner sacado con fuerza por Pellegrini se introducía, entre la ayuda de Kike, en la portería para igualar las cosas y romper la imbatibilidad española en el torneo. A partir de ahí el choque tuvo un dueño, Italia, que llevó todas las acciones a su terreno. Lozano no dio con las rotaciones con el ritmo que buscaba y los españoles seguían teniendo muchos problemas para sujetar en defensa a su rival. En acciones aisladas Torras y Andreu pudieron desequilibrar, pero fueron los italianos los que supieron sacar petróleo. El último minuto de la primera mitad fue nefasto para España, que vio como primero Fabiano, tras una gran jugada de Zanetti, y un nuevo córner, con Orol mandando el balón al fondo de la red, les ponía al descanso contra las cuerdas (1-3). El segundo tiempo fue un acoso constante por parte de los españoles en un intento a la desesperada por cambiar el signo del encuentro, aunque no fue capaz en su último esfuerzo de nivelar el marcador.