La niebla y la lluvia condicionan el ecuador de la temporada de caza

El ecuador de la temporada de caza está siendo marcado de forma significativa por las incidencias meteorológicas. Si durante la última semana fue la niebla persistente la que impidió cazar en la mayor parte de la provincia, ahora es la lluvia la que pone dificultades a los sufridos cazadores. Lo cierto es que los días de caza, que se han ido reduciendo en el calendario, se ven menguados también por estas incidencias que, unas veces impiden cazar como en el caso de la niebla y otras crean serias dificultades. Lo que sucede en las zonas llanas se incrementa en la montaña, donde además y si las previsiones del tiempo son ciertas, la nieve hará acto de presencia para el fin de semana. En cuanto a los resultados que está deparando la temporada son bastante dispares. Parece que nos encontramos en un buen año de perdiz, especialmente en las comarcas del sur de la provincia. La liebre, por el contrario, está deparando bastantes disgustos al escasear de forma notable en muchas zonas. La baja densidad de liebre hace pensar en la existencia de epizootias y vuelve a los campos el fantasma de la temida tularemia. A la aparición de varios casos comprobados en la provincia de Zamora se une ahora al menos uno en la zona de S. Adrián del Valle. También son varios los cazadores que se han encontrado liebres muertas en el campo en cantidades superiores a lo que suele ser normal. En otras zonas, sin embargo, las liebres abatidas corresponden a una temporada regular. En cuanto al jabalí, especie a la que se dedica un alto porcentaje de aficionados, está apareciendo con bastante frecuencia en los campos de maíz, a medio cosechar, y ocasionando también múltiples accidentes de tráfico. Estos accidentes demasiado frecuentes hacen que se estén considerando en serio medidas que los eviten o, como mínimo, los reduzcan. En la montaña, sin embargo, no está siendo una temporada demasiado buena. Ocurre también que las mejores jornadas no han llegado todavía ni tampoco las mejores monterías que se reservan para las fechas navideñas. Cuando las nieves cubran las cumbres más altas y el frío les obligue a salir de sus encames, podremos saber la auténtica dimensión de la temporada de caza con respecto al jabalí.