Cualquier parecido, una mera...
Tres años después Ademar disfrutó de todas las comodidades en un lugar de mal recuerdo
El guión no se repitió. Ademar, que se había enfrentado hace tres años al Banik Karvina en la liga de campeones, quería en esta ocasión algo distinto y así fue al final. Para empezar ganaron. En el 2001 perdieron de dos, 29-27, en un choque bronco, en el que al final los checos sacaron el mejor partido. También en aquel entonces, la cancha del Karvina era una «bombonera», una auténtica olla a presión, completamente llena con 2.000 espectadores. Ayer, aquella caldera había perdido mucha presión. Había cerca de mil espectadores y sólo la ruidosa peña del tambor vestida con los colores del equipo animó sin descanso a los suyos. En el capítulo de intendencia, también las cosas han sido diferentes. El hotel de trato infernal de hace tres años, donde incluso se negaron a dar fruta a los jugadores, se tornó en esta ocasión en un establecimiento cálido y tranquilo donde todas las peticiones del delegado de la expedición, Ramiro Pol, eran atendidas de inmediato.