León cumple los malos augurios y regala el partido en el arranque (84-91)
El Plasencia logró una renta de 17 puntos que en ningún momento fue puesta en peligro real La Copa se complica a falta de dos partidos aunque se cumplió el guión
Se veía venir. Como no hay dos sin tres ayer León otorgó ventaja de inicio al rival. Al Algeciras fueron ocho puntos y se solventó. Al Ourense cinco puntos y se solventó. Pero ayer fueron hasta 17 los que logró el Plasencia de entrada. Un viejo refrán asegura que «tanto va el cántaro a la fuente...» y ayer León lo hizo bueno en su pista. En el «bolo» jugado en Burgos había llegado la amenaza y el equipo no supo leerla por lo que ayer sumó su segunda derrota en casa de la temporada. León tuvo finalmente ausencias. Pedro y Dani García ni siquiera de vistieron. Uno con fiebre por la gripe y el pívot con un esguince en su tobillo izquierdo que probablemente le impedirá jugar el domingo en Melilla. Tomás Ramón, el base Francisco Baquer -por vez primera- y Franco Rocchia tuvieron un hueco en el banquillo. Sólo jugó el argentino y fue de lo poco para recordar de este partido. Rocchia aprovechó sus ganas y su capacidad de trabajo para jugar en el inicio del tercer cuarto para ganarse un notable alto. Jareño lo reconoció en la sala de prensa. El joven jugador fue el único que puso «bemoles» en la cancha y eso le puede aportar oportunidades. Rocchia jugó cinco minutos y medio, sumó tres puntos, dos rebotes -uno ofrensivo-, dio un asistencia y cometió tres faltas porque defendió con los dientes bien apretados. Entre el resto poco más que mediocridad, porque como aseguró el viernes el técnico del Ourense, Ángel Navarro, León juega cómodo en partidos claros, pero cuando le aprietan se debilita mucho. Y eso ocurrió ayer, porque de entrada el Plasencia se puso arriba con un parcial de 0-6, gracias a su zona que frenó en seco a León. Un triple Brown, que regresaba año y medio después, puso a su equipo nueve arriba (2-11) y en el disparadero para que Mario García por dentro y por fuera el estadounidense escoltado por Víctor Cuthbert hiciesen crecer la ventaja sin descanso hasta el final del cuarto. León tenía excesivos problemas para frenarlos y en ataque carecía de la paciencia suficiente para atacar la zona del rival. La segunda falta de Martín, que había salido para defender a Cuthbert y su hábito de salirse a tirar de lejos, inicio una rápida sucesión de cambios con los que Jareño intentó buscar soluciones. El Plasencia llegó a ponerse 17 arriba (11-28) y eso le permitió rotar efectivos y jugar cómodo. Méndez, sobre la bocina lograba para León en una penetración la primera canasta en casi cuatro minutos. De nuevo las cosas estaban feas y esta vez un poco más. Pero en el equipo parece que la confianza de que ya se solventaría como en otras ocasiones pesó como una losa. Las alternativas defensivas planteadas por Jareño frenaron en parte la debacle, pero los árbitros tampoco ayudaban. El Plasencia defendía al límite y precisó casi once minutos para que le señalasen la tercera falta. León inició sus tímidas remontadas con las que lograba en el mejor de los casos ponerse a diez. El rival nunca veía el peligro real y eso le permitía jugar cómodo. Barnes, que sufrió un golpe, ofreció el primer despropósito del equipo al ganarse una falta con un manotazo estéril en el centro de la pista al primer jugador que le pasó cerca. Era la imagen de un equipo indolente, frente a un Plasencia que aprovechaba sus individualidades para seguir sumando con extrema facilidad. Tras el paso por los vestuarios las cosas no cambiaron. León buscó sin éxito su tiro exteriores (4/18 en triples al final) y sólo la cuarta falta de Mario García generó nuevas aproximaciones tímidas de los locales. Lo mejor, los minutos de Rocchia. Y en el cuarto definitivo León apretó los dientes para conseguir ponerse a cinco en varias ocasiones. Intentó aprovechar su experiencia para llevar al Plasencia a los tiros libres, especialmente a Brown del que se conocía su nivel mediocre. Y el rival erró (27/47 en tiros libres), pero también falló León cuando le tocaba anotar en la jugada siguiente. Errores reiterados de esos en los que ni se llega a tirar y fallos de libro a la hora de cerrar el rebote en tiros libres fueron consumiendo los minutos y las opciones de victoria. León necesita con urgencias vacaciones. Pero faltan dos partidos.