El Madrid aumenta su descrédito pese a clasificarse para octavos (0-3)
La desidia de los blancos y el desinterés del Roma provocó un duelo bochornoso La UEFA anunciará hoy si sanciona alclub blanco por incidentes racistas
El Real Madrid se paseó y ganó en el Olímpico de Roma un partido infame, en el que cumplió su objetivo para continuar en la Liga de Campeones, pero acrecentó su descrédito con una actuación lamentable ante un rival entregado de antemano. Afortunadamente para el Madrid, el 0-2 puso fin al miedo a encajar un gol y arriesgarse a quedar eliminado de la Champions, cuando no podía confiar en la victoria del Dinamo de Kiev en Leverkusen. El Madrid se tomó en la capital italiana una noche de relajación absoluta gracias a la ausencia de competitividad del Roma y al tempranero gol de Ronaldo, que también dio origen al segundo tanto tras una de las escasas internadas blancas en el área local. Porque el Madrid no tuvo ninguna ambición y jugó con fuego en un Olímpico sin público hasta ese penalti, salvándose incluso del empate gracias a la madera. El gol de Ronaldo, en el que Pelizzoli casi se retiró ante el disparo del brasileño, fue lo único destacable del Madrid en toda la primera parte, porque lo que siguió después fue un insulto al fútbol, con los jugadores de ambos equipos andando y demostrando una enorme pasividad. En vez de haber ido a por otro gol que sellase definitivamente el billete para octavos, el Madrid siguió deambulando, sin ninguna chispa ni capacidad de sorpresa. Ronaldo fue el único que lo intentó alguna ocasión. Ni en individual, salvo Ronaldo, ni en equipo, demostró nada el Madrid ante un rival que no hacía faltas, no presionaba y reculaba cada vez que los españoles tenían la pelota. Pero tanto fue cediendo el equipo de García Remón que el Roma, sin ninguna tensión, fue creciendo y al menos se lanzó a tirar a portería en unos últimos minutos del primer tiempo en el que los blancos se pudieron llevar un serio disgusto. El Roma se fue arriba en la segunda mitad y el Madrid no tuvo vergüenza en echarse descaradamente atrás, para esperar a un equipo italiano que cuando llegaba a las inmediaciones del área no tenía puntería. El Madrid confiaba sólo en su defensa y en Ronaldo, y el brasileño volvió a aparecer para internarse en el área, y cuando iba a driblar a Dellas, se dejó caer ante un toque del griego. Los blancos se replegaron aun más ante un Roma que tocaba pero no llegaba, y cuando lo hizo marcó en fuera de juego. El resto sobró, igual que los tres cambios realizados por García Remón, uno de ellos de Pavón por Figo, que con su tobillo izquierdo vendado cerró la insulsa goleada con un buen gol con la derecha y pudo irse a descansar antes de tiempo.