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Nadal arrolla a Sánchez y hoy se medirá a Moyá en el gran duelo

El tenis agresivo del mallorquín dejó sentenciado el encuentro en menos de una hora

Nadal se deshizo en una hora de su rival para poder protagonizar esta tarde el duelo más esperado

Publicado por
Georgino Fernández - león
León

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Pañuelo blanco alrededor de la cabeza para sujetar su melena comanche, Rafael Nadal entró en el Palacio de Deportes de León aclamado y aplaudido como un rey. El rey de la Davis, el nuevo faraón de Sevilla -con permiso de Curro Romero- tras su papel estelar en la conquista de la ensaladera , no defraudó a las miles de personas que realmente acudieron al Master de León a verlo jugar. A los pocos minutos de iniciado el choque que le enfrentó al zamorano David Sánchez, quedó más que diáfano porqué el joven Nadal es ya uno de los grandes del circuito, con madera de futuro número uno en el ranking de la ATP. La igualdad de los primeros compases (2-2) fue un mero espejismo con fecha de caducidad de minutos. Muy pronto, el mallorquín empezó a dar muestras de la clase que atesora, imprimiendo una mayor dosis de agresividad en su juego. Empezó a subir a la red con bolas ajustadas a las líneas y la balanza comenzó a inclinarse a su favor de forma clara. Desarbolado por el vendaval de juego que se le venía encima, David Sánchez cedió su servicio y Nadal ya cogió una ventaja clara (4-2) para afrontar con cierta tranquilidad el resto del set. Pero el mallorquín no levantó el pie del acelerador en ningún momento y siguió dando una lección de tenis de alta escuela en el Palacio de Deportes. Passing demoledores, golpes liftados con bote a la altura de los tobillos, subidas a la red, golpes ganadores incluso de espaldas y, ante todo, con un servicio sólido. Con estos mimbres, le hizo un cesto a David Sánchez. El primer set lo cerró Rafael Nadal con un saque directo, un auténtico misil, que puso el 6-3 en el marcador. Habían transcurrido escasamente veinte minutos de juego y pese a la voluntad y las ganas que le puso el zamorano, sobre la pista color tierra del Palacio había un claro favorito y ese era Nadal. De perdidos al río. Eso debió pensar Sánchez en el arranque del segundo set porque comenzó sacando y subiendo a la red, aunque sus intentos chocaron con los golpes cruzados y paralelos que le lanzó Nadal y que lo superaron la mayor parte de las veces. El zamorano se resistió con uñas y dientes pero acabo perdiendo su servicio. Mal augurio. Las cosas no pintaban nada bien para él y sus intentos de meter mayor presión a Nadal no terminaban de funcionar sobre la pista. Sin la camiseta, el delirio En ese momento, el mallorquín aprovechó para quitarse la camiseta y entonces llegó el delirio en la bancada femenina. Gritos, silbidos y seguro que más de una proposición para cuando acabase el partido. Tal vez por eso, Nadal se despistó unos minutos en el segundo juego con su servicio y su rival se colocó con 15-40. La señal de alarma funcionó, Nadal reacciona y... lo previsible. Iguala el juego y termina llevándoselo para poner el 2-0 en el marcador. Estaba claro que Nadal quería ganar y por la vía rápida. Sus puntos llegaban veloces; los de Sánchez mucho más trabajados. Rompió de nuevo el servicio del zamorano para poner el 4-1 con un juego en blanco que dictaba sentencia. Hasta el final, más de lo mismo. El segundo set terminó con un rotundo 6-2 para el mallorquín. Hoy, se medirá en semifinales a su paisano Carlos Moyá, el otro héroe de la Copa Davis que conquistaron recientemente en el estadio sevillano de La Cartuja. Si Nadal vuelve a salir con las mismas ganas sin duda se verá tenis de muchos quilates. Ojalá que así sea.