«Si un pabellón pita no es porque lo aliente un partido; la gente tiene su criterio»

El PSOE de León considera un «insulto a la inteligencia» que el PP alegue que la pitada que el público dedicó en el Máster de Tenis Ciudad de León al concejal de Deportes, José María Rodríguez de Francisco, y al de Economía, Francisco Saurina (PP), fuera alentada por los socialistas. Así lo aseguró en rueda de prensa en León la ex edil de Deportes del Ayuntamiento Natalia Rodríguez Picallo, quien consideró además: «Nadie puede ser capaz de manipular que un pabellón entero pite a unos responsables políticos, más teniendo en cuenta que los espectadores eran familias enteras y niños procedentes de León y provincia». Se refirió al portavoz del PP en el Ayuntamiento de León y concejal de Empleo, quien acusó al PSOE de haber animado los abucheos de una parte de los 6.500 asistentes al máster de tenis el día de la inauguración a Rodríguez de Francisco y durante la entrega de premios al propio Saurina, ambos ahora en el equipo de gobierno tras una reciente moción de censura entre PP y dos tránsfugas. «Si un pabellón entero pita no es porque lo aliente un partido, sino porque los espectadores tienen suficiente criterio», dijo Rodríguez Picallo, quien indicó que «no nos vamos a callar ante este tipo de mentiras». Polémica con las entradas Además, negó que en el reparto de invitaciones se hubieran beneficiado los miembros del equipo anterior de gobierno, y explicó, por el contrario, que éstas se distribuyeron de forma ecuánime entre grupos políticos y representantes de instituciones, además de primar a las escuelas deportivas. Por último, criticó que el alcalde de León, Mario Amilivia, «haya hecho un feo a los espectadores del máster», al no acudir al menos a la entrega de premios en la jornada de clausura de la competición tenística, el pasado domingo. Francisco Saurina tuvo que soportar los pitidos y los abucheos de un Palacio de los Deportes entero cuando procedió a entregar el trofeo de campeón a Rafael Nadal, a quien tuvieron que explicar que dicha respuesta de la totalidad de la grada no iba contra su persona. Consideró que el regidor no acudió por temor a las pitadas del público, al tiempo que le recordó que «en el sueldo también van incluidas las pitadas y los aplausos que se puedan producir», apuntó.