LUCHA LEONESA 2000
Coincidencias y discrepancias (II)
COINCIDENTES, discrepantes e incluso antagónicos. No pasa nada. Continuamos la luchística confrontación iniciada ayer. El transporte colectivo para la Lucha de Base, elemental, pero dentro de un conjunto de medidas para impulsar el actual erial de la Cantera. Y lo propio en cuanto a los clubes: dos de los soportes básicos de futuro. Junto con la reducción de riesgo de lesiones y una cobertura aseguradora tan digna como tranquilizadora. Discrepancia frontal ante el inmovilismo de las únicamente 4 categorías y con el argumento de que la ampliación no propiciaría el incremento de luchadores. Cuando es precisamente todo lo contrario. En la Lucha Leonesa del cinto actual la influencia del peso, de la diferencia de peso, es absolutamente decisiva y frena la incorporación de quienes no rondan los extremos altos de cada categoría. De siempre en la L.L. en los pesos superiores se ha resentido la participación, pero el número de inscritos en el Campeonato Provincial de 1972 resulta de lo más expresivo: 26 semiligeros, 20 ligeros, 15 medios y 8 pesados. Con la particularidad en el caso de semiligeros que accederían juveniles en pleno desarrollo físico de sus 16/17/18... años, en torno a los 60 Kgs. y a quienes competir con gente cercana a los 70 kilos les acompleja y desmotiva. Por cierto que no hay deporte en el que se impida o limite a chavales de las edades anteriormente señaladas competir con Seniors. Y ya por no hablar a propósito de semiligeros de la vistosidad y fantasía filigranera que aportan con ese peso... y esa juvenil ilusión; garantía de espectáculo. Por lo demás resulta difícil dejar de coincidir cuando se admite que estamos a unos niveles muy bajos, que se impone convertir a la L.L. en un deporte moderno, que es ineludible volcar al máximo de actividad en la capital donde crecientemente se concentra -¿se refugia?- el mayor potencial de aficionados y luchadores actuales y sobre todo futuros («concentrar a impulsos de la concentración»). Escuelas de lucha, colegio de árbitros, monitores, escolares... Reiteramos que partimos de simples tomas de posición presidenciales un tanto apresuradas y sin duda coyunturales, supeditadas a unas más solemnes «declaraciones programáticas». Enunciados ya más bien institucionales/corporativos, tras hacerse pública -confiamos- la composición nominal del equipo directivo; un organigrama, seguimos confiando, superador de camarilla o integrador de sensibilidades sin chalaneos. Que por nuestra parte, ya saben, a la espera de que transcurran los cien primeros días de cortesía para enjuiciar a fondo. En cualquier caso lo precedente sirve de pretexto para reflejar nuestros propios posicionamientos, disparidades al margen. Y en ello estamos. De lo empírico a lo pragmático, pero un pragmatismo desde la apuesta posibilista «del arte de lo posible». Retos pendientes: objetivos y compromisos que se echan en falta. Para no extendernos procederemos sumarialmente con apresurados epígrafes y escuetos comentarios: Federación -propia- de Lucha Leonesa (empezando a gestionar ya desde el primer día), convocatoria de Asamblea General (en serio), Auditoría (en rigor), revisión a fondo del reglamento (¡semiligeros!, pasividad, cierre inscripciones general...), «Viaje de Estudio» a Canarias (no un tanto «fuera de curso oficial-luchístico» y casi semiclandestino por lo nada publicitado), lucha femenina (no mixta), Liga por equipos comarcales (auténticamente comarcales y con auténtico interés competitivo), escuelas/ institutos/ colegios/ universidad (partir de cero y volcarse), etc, etc. En todo, y por resumir, romper moldes, romper esquemas, romper barreras...