Diario de León

La enorme diferencia de pegada tiñe de blanco el derbi madrileño (Atlético 0- Real Madrid 3)

El Atlético, que dispuso de una docena de ocasiones, perdonó y se estrelló contra Casillas «El resultado es bueno pero el juego no»

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Amador Gómez - madrid
León

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El Atlético fue muy superior al Real Madrid, pero la enorme diferencia de pegada entre ambos equipos decidió el increíble derbi del Calderón. No se notó en absoluto la mano de Vanderlei Luxemburgo al frente del Real Madrid, porque los blancos no mejoraron su juego y estuvieron a merced de los rojiblancos durante gran parte del encuentro, pero sí volvió a demostrarse la suerte con la que el técnico brasileño ha aterrizado en el equipo, que tuvo tres ocasiones y marcó tres goles, mientras los rojiblancos dispusieron de una docena pero perdonaron y se estrellaron con Casillas. Al Madrid le bastaron Ronaldo y Casillas para infligir al Atleti una goleada dolororísima de la que Fernando Torres, con siete ocasiones malogradas, fue la principal víctima, al fallar al filo del descanso un tanto a puerta vacía que debió cambiar el curso de un derbi en el que los locales pusieron el fútbol y los visitantes lo único que importa, los goles. El Atlético sufrió así su primera derrota de la temporada en casa, ante un rival que está lanzado a la caza del Barça, y ahora con la fortuna como aliada. Ya fue inmerecido el resultado del descanso, porque el Atlético barrió al Madrid en la primera parte, pero Ronaldo la tocó una vez y no falló, y sin embargo, los rojiblancos, a pesar de disponer entonces de ocho claras oportunidades chocaron contra el iluminado Casillas y su propia incapacidad para marcar, como le ocurrió a Torres a los 43 minutos, cuando mandó a las nubes a puerta vacía tras un rechace del portero. No sólo mereció el Atleti empatar en la primera parte, sino incluso irse con ventaja al vestuario, porque fue el único que jugó al fútbol y gozó de ocasiones en un duelo que en su primera mitad comenzó y terminó con los locales avasallando y encerrando al Madrid en su área, salvándose de milagro por las intervenciones de Casillas y la falta de puntería del Niño, a quien le falta la definición para explotar. El Madrid tuvo a Casillas y a Ronaldo y ello le permitió salir vivo de un duelo muy desigual en el que los rojiblancos dieron un repaso en casi todas las líneas, pero sobre todo en el centro del campo, pese al sacrificio de Solari en la destrucción en esa posición que estaba destinada a Guti, fuera del partido por una gastroenteritis. La enorme presión y las constantes recuperaciones de balón del Atlético permitieron al equipo rojiblanco llegar una y otra vez durante una recta final del primer tiempo en la que apareció el mejor Ibagaza para junto a Torres liderar la avalancha ofensiva local. La otra vía fue el debutante Gronkjaer, que por la banda izquierda fue un puñal que volvió loca a una defensa que temblaba. Al contrario que la encabezada por el rapidísimo e insuperable Perea, una zaga que estuvo muy sólida casi siempre, aunque sorprendentemente encajó tres goles. Los blancos se vieron acogotados en los diez primeros minutos de partido, en los que el Madrid no vio el balón y sólo se jugó en terreno visitante y en los que Torres erró su primera ocasión ante Casillas. El 0-1 provocó un pequeño bajón en el Atlético, demasiado lento y previsible, pero rápidamente se recuperó y volvió el dominio absoluto y el acoso en las inmediaciones de Casillas, con todo el equipo local a la carga en un tramo final de primer tiempo trepidante que acabó de manera angustiosa, con el Madrid asustado, pero sin ver ningún gol de los rojiblancos. El último milagro antes de la segunda parte llegó al filo del descanso con el paradón de Casillas en la línea a remate a bocajarro del incansable pero desgraciado Torres. Otras dos manos de Casillas Mantuvo su pobre línea en la segunda parte el Madrid, a quien no le duró nada el balón y trabajó solamente para defender ese resultado que contradecía lo que estaba ocurriendo en el campo. Aunque con un juego bastante menos fluido de los rojiblancos, llegaron más ocasiones, y casi todas ellas del Niño. Pero Casillas no estaba por la labor de compadecerse del Atlético, y volvió a sacar un par de manos prodigiosas que impidieron la igualada, una ante Gronkjaer y otra frente a Torres, que se lamentaba una y otra vez de su mal fario contra el eterno rival, al que aún no ha conseguido marcar todavía ni un gol. Pero aparte de su ausencia de puntería, Torres se tenía que pelear casi siempre solo con la defensa blanca, porque Salva desapareció y Ferrando decidió que era el momento de buscar un revulsivo con Paunovic, aunque también podría haber arriesgado más cuando tenía el partido perdido. Con el Madrid echado atrás e incapaz de crear y tener profundidad, y a pesar del tremendo cansancio que ya tenían los rojiblancos, la pelota continuó siendo monopolio absoluto del Atlético. Hasta que en un contragolpe Solari se hizo con un balón, superó a la defensa local y dejó helado el Calderón. El castigo era ya excesivo, pero todavía faltaba el segundo de Ronaldo, en otra contra culminada sin parar por el crack brasileño, para confirmar una goleada escandalosa e injusta que sólo se explica por la calidad arriba de unos y otros.

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