SIN AFANES POLÉMICOS
La niebla como protagonista
NI BLANCO ni blanquiazul, el color fue gris, el cendal de la niebla que puso su velo, como venda en los ojos, llevando a la determinación del árbitro suspendiendo el partido, entre la Cultural y la Ponferradina, apenas iniciado el segundo tiempo con un marcador favorable para los culturalistas de un gol a cero. Desde luego el graderío, mostrando mucho cemento, evidenció que el encuentro no había «enganchado» ni a la afición de aquí ni a la de allá, aunque justo es dejar constancia de que fue más la de allá, habida cuenta el rigor climatológico, el termostato bajo cero y el paraguas indeseado de la niebla cubriendo primero, en la mañana del evento, el firmamento leonés, para despejar al mediodía y volver a extender su manto gris cuando la tarde empezaba a declinar. Medio tiempo jugado, queda mucho partido por jugar, y agarrando el rábano por las hojas del topicazo, «las espadas están en alto». Y es que el juego ofrecido por ambos bandos más bien fue para firmar una nota de empate. Lo inició La Deportiva con más fe y gana, contragolpeando con velocidad y acierto táctico, consiguiendo cuatro ocasiones claras que no fructificaron en el marcador por la falta de acierto en el remate. Los seguidores blanquiazules animaban y animaban, totalmente entregados a su equipo, en tanto los de la Cultural hacían del silencio síntoma inconfundible de inquietud y temor por la avalancha de los contrarios. Diferencias de actitud que marcan síntomas claros de conformidad o disconformidad con el hacer de los suyos. En este apartado quedaba de manifiesto que en tanto los seguidores bercianos animan a su equipo, los seguidores culturalistas precisan que les anime el suyo. Tal ocurrió cuando, en afortunado remate, subió el uno a cero al marcador. Así, siguieron unos minutos de clara inspiración culturalista en los que se fraguaron dos ocasiones claras de gol, desperdiciadas por el poco tino de los jugadores que las gozaron. Minutos claros de la Cultural que, cuando la primera parte declinaba, fueron contrarrestados por el buen hacer de los bercianos, quedando el juego nivelado cuando el árbitro, con el amenazador paraguas de la niebla abriéndose, dio por finalizada la primera parte. En el descanso, los espectadores estuvieron más pendientes del gris elemento meteorológico, que de comentar lo visto, intentando adivinar lo que se podía ver. Al final, suspensión del partido apenas jugados cuatro minutos de la segunda mitad. Todo por resolver.