La temporada de caza sigue parada por la niebla y el frío
Bastantes acotados se plantean el cierre de la caza menor a la espera de una mejoría
La temporada de caza menor, que finalizará oficialmente el día 23 de enero, lleva semanas paralizada si no de forma total, si parcialmente en la mayoría de los acotados. Primero fue el temporal de nieve que marcó las fechas navideñas provocando la suspensión de las cacerías previstas. Posteriormente la niebla ha sido la culpable al provocar situaciones de poca visibilidad. Lo cierto es que, a estas alturas de la temporada, son muchos los acotados que se están planteando el cierre de la caza menor quedando a expensas de una mejora en la climatología para cubrir el cupo de monterías. En todo caso siempre habrá que considerar el estado en que se encuentran las poblaciones de perdiz y de liebre de cara a la próxima temporada. El pasado fin de semana se suspendieron la mayoría de los ganchos y monterías de jabalí previstos. En algunos acotados, sin embargo, se decidió efectuar la cacería en base a batir las zonas de solana, donde la nieve no presentaba una superficie continua y su espesor era pequeño, ya que en las zonas de umbría orientadas hacia el norte, la situación no permitía la caza. Los resultados, sin embargo, fueron bastante peores de lo que se podría esperar en estas fechas, las más favorables para cazar el jabalí. En todo caso y una vez finalizada la temporada de caza menor, quedarán todavía algunas semanas para efectuar monterías. Patos y becadas La nieve y sobre todo las fuertes heladas que en las zonas montañosas endurecen el terreno imposibilitando la búsqueda de alimento de las perdices chochas, han empujado a éstas hacia el sur, de forma que no es raro encontrárselas en las choperas de las riberas del Esla Órbigo y Cea. En estas zonas, y en un año normal, resulta muy raro toparse este ave migratoria que hiberna en la cordillera Cantábrica y otras áreas de montaña. El problema reside en que es un tipo de caza que requiere perros especializados, pero siempre que tengan buenos vientos tanto los setters como los pointers o bracos son capaces de hacer muestras espectaculares en praderas y junqueras o, simplemente, en el sotobosque de las choperas y otras plantas de ribera. En cualquier reguero, siempre que no esté totalmente helado, puede arrancar una becada o una becacina, más pequeña, pero que ofrece un tiro muy bonito por su vuelo zigzagueante de gran dificultad. Las aves acuáticas, por otra parte, también son objeto de caza ya que la Ley de Caza no lo prohíbe. El problema es que si que lo hace expresamente en las zonas de seguridad y más concretamente en las márgenes de ríos y arroyos. Dado que la mayor parte de las lagunas y humedales están helados el cazador ve muy limitado su campo de acción pues debe situarse a un mínimo de cincuenta metros de las mencionadas márgenes. Una vez que finalice la temporada de caza menor está previsto que se reúna el Consejo Provincial de Caza, en el que ostentan representación las sociedades de cazadores y la propia Federación presidida por José Miguel Fierro. La reunión se celebrará con toda probabilidad el 25 de febrero y en ella se tratarán temas relativos a la próxima temporada y se irá perfilando el desarrollo normativo en algunos artículos de la citada Ley que presentan, después de varios años de ser aprobada, un desarrollo muy escaso.