Dos centrales muy circunstanciales

El delantero mierense desbordó bien a Jechu y después se apoyó en Emilio para hacer una bonita pared que le dejó sólo frente a Rubio, aunque un poco escorado hacia la izquierda. Lanzó un soberbio trallazo ya desde el interior del área que terminó con la pelota colandose por la escuadra sin que el guardameta madrileño de la Deportiva pudiera neutralizar el peligro. Esa brillante acción de Capi levantó la moral de sus compañeros que se creyeron la posibilidad de llevarse algo positivo de Ponferrada, después del mazazo que suponía estar con dos goles abajo en un cuarto de hora. El centro del campo sirvió de escenario para una batalla desigual porque sin el concurso de Vicente Úriz (qué gran importancia tiene este jugador en el esquema de Tomé) la Deportiva tenía problemas para recuperar el cuero. Miguel y Rubén Vega no son precisamente jugadores de pelea, mientras que Fran y Tarradellas tenían que apoyar como buenamente podían para evitar que el Palencia se fuera arriba. En este panorama apareció el que nunca tiene que dar señales de vida en un partido, que es el colegiado y sus asistentes. El asturiano González Fuertes demostró no tener ningún criterio a la hora de mostrar las tarjetas y castigó a los locales con siete cartulinas que sirvieron para expulsar a Jechu (a falta de 20 minutos) y para dejar a Úriz y Jesús, además del propio Tomé, fuera del próximo partido en Lemona. Pese a este recital tarjetero y a los fueras de juego que impidieron claras ocasiones de la Deportiva, quien terminó quejándose del árbitro fue el técnico visitante, Ismael Díaz. No comprendía la tarjeta para su jugador Capi, que luego sería expulsado ya al final, porque entendía que había sido zancadilleado, cuando parecía claro el piscinazo que se pegó el asturiano en la frontal del área local. A pesar de esos intentos postreros del Palencia por empatar, la Deportiva aguantó con uno menos, e incluso Kaiku estuvo a punto de ampliar la cuenta con una vaselina que sacó al final un defensa.