Diario de León

España se obliga a ganar ahora a Noruega para seguir con opciones (28-28)

Juanín hizo el empate a 27 cuando los serbios tenían el partido prácticamente en la mano Croacia se rehace y Noruega derrota a Suecia

Publicado por
Leontxo García - nabeul
León

Creado:

Actualizado:

España mantuvo la nefasta costumbre de entrar en las triquiñuelas que tan bien dominan los ex yugoslavos. Sin embargo, arrancó un punto a Serbia y Montenegro en un partido que debió ganar, y eso mantiene abierta la esperanza: si vence el jueves a Noruega (20.15, La 2), la selección de Juan Carlos Pastor estará en las semifinales, excepto si el partido anterior Croacia-Serbia termina en empate. Dado que España es el líder en menor número de exclusiones y Serbia uno de los equipos más castigados -13 por 40 antes del partido-, una de las incógnitas importantes eran los árbitros: ¿Serían permisivos con la dureza de Djúrkovic y Djukánovic en el centro de su defensa? En la primera mitad no lo fueron, y decretaron cuatro exclusiones por dos minutos de los serbios, por dos de los españoles. No es que éstos fueran muy brillantes en el aprovechamiento de las superioridades, pero ese rigor permitió que el ataque español fuera fluido contra la peculiar defensa en cuña (3-2-1) algo replegada, que dominan los hombres de Vújovic. Además, por fin despertó Alberto Entrerríos, recuperado en vísperas del Mundial de una lesión muscular: su asombrosa capacidad para fintar bruscamente sin espacio dobló varias veces la cintura de su defensor. Y Garralda mantenía su sinfonía de cañonazos, tan decisiva el lunes para ganar a Alemania. Atrás, Barrufet paraba lo suyo, o sea que todo iba razonablemente bien, aunque España pudo haberse ido al descanso con más de los tres goles de ventaja que logró. En ese momento, Serbia no parecía ese rival tan fiero de otras veces. Pero con la reanudación empezó el sufrimiento: cuatro tiros seguidos de Garralda fallados, dos al poste y parados por Sterbik; éste empezó un exhibición asombrosa que terminó con el partido; y, lo más importante, los españoles se agarrotaron y empezaron a caer en el juego marrullero que sólo podía favorecer a Serbia y Montenegro. Garralda contó después en los vestuarios que durante el descanso había hablado con uno de los árbitros para advertirle de que los serbios iban a repartir mucha leña en la segunda parte. Parece que ese aviso cayó en saco roto, pero el fallo más grave fue el de algunos compañeros de Garralda, especialmente Alberto Entrerríos, que, enardecidos por los golpes, empezaron a jugar más con el corazón y los genitales que con la cabeza. Añádase que Iker Romero sigue sin rendir en el Mundial a la altura de su gran talento, y se comprenderá por qué España perdía por 24-22 en el minuto 16. Cierto es que los serbios también fallaron, al no dar la puntilla en esa fase del partido, pero España confirmó algo que casi nunca se había visto en la selección antes de este Mundial: no se vino abajo cuando entró en el terreno preferido de los ex yugoslavos, los cinco últimos minutos con el partido por decidir, aunque Serbia y Montenegro ganaba por 27-25. Iker exhibió entonces su ardor guerrero con acierto, Juanín hizo el empate a 27 y otra vez Garralda logró el gol del empate final poco después de que varios de sus compañeros se acobardasen en una jugada de ataque. Entre Barrufet, algo de suerte y la serenidad que antes faltó, España arrancó un punto que puede ser de oro o de barro. El jueves se verá.

tracking