Un león con un balón rojo sobre un fondo amarillo, imagen corporativa
Además de la renovación de Pesquera, José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto, ha terminado de asentar la nueva etapa federativa con una nueva imagen corporativa, la prolongación del acuerdo de patrocinio de los equipos nacionales con Barclaycard y la renovación de Mario Pesquera al frente de la selección sénior masculina. La FEB ha abierto un tiempo nuevo, aunque cimentado en la tradición. En un hotel madrileño se dio a conocer el nuevo logotipo de la Federación Española y se rubricaron dos acuerdos de vital importancia para el baloncesto español: dos años más de contrato con Mario Pesquera y cuatro más de compromiso con Barclaycard. La nueva imagen corporativa de la FEB se ha plasmado con un león y un balón rojos sobre fondo amarillo que recogen el pasado, el presente y el futuro de lo que quiere ser la Federación. «Se ha mantenido el león como elemento clásico que simboliza la lucha y la competitividad de nuestras selecciones con un toque amable para llegar a un público más joven. Se han usado el rojo y amarillo en representación de la bandera española, con un círculo como forma principal para simbolizar el balón y la integración, que es lo que yo busco», explicó Sáez a propósito de la recién estrenada imagen federativa. «Es un paso para dotar de modernidad a la Federación», aseguró el presidente de la FEB, antes de estampar la rúbrica en el contrato que sitúa a Mario Pesquera al frente de la selección nacional durante dos años más. «Sólo el proceso electoral -se eligió nuevo presidente de la FEB el pasado diciembre- retrasó la firma de este acuerdo, que estaba decidido desde mucho antes. El acto también guardó unos momentos para que José Luis Sáez impusiera la insignia de oro y brillantes de la Federación a Javier Amo, director general de Barclaycard España, y a Pablo Gorge, director general de alianzas estratégicas de la firma británica, por su implicación personal en los acuerdos de patrocinio de las selecciones nacionales. «Convencer a los accionistas ingleses de que apuesten por el baloncesto es como convencer a los españoles de que lo hagan por el crocket», bromeó Javier Amo, quien identificó la relación entre su empresa y el baloncesto por tratarse de «un deporte dinámico, limpio y con afán de superación»