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Una fotocopia de Cadenas

El técnico del Valladolid tiene una receta clara, estudiar al rival y trabajar mucho

Publicado por
José Luis Morencia - valladolid
León

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EL entrenador del BM Valladolid, Juan Carlos Pastor Gómez, trasladó el éxito de su equipo a la selección en Túnez. Pastor, a sus 37 años, aceptó el reto que le lanzó el presidente en funciones de la Federación, Jesús López Ricondo, que aguantó todo tipo de críticas de los otros candidatos a la presidencia e, incluso, de algunos medios informativos que calificaron el nombramiento como «precipitado y fuera de la legalidad». En un tiempo récord de adaptación con una plantilla renovada, aunque conocedora de sus sistemas de juego, Pastor ha ido acoplando un equipo como a él le gusta y que ha respondido cada vez mejor a medida que avanzaba el campeonato, tras sus lógicos titubeos iniciales. Pastor debutó en la Liga Asobal en la temporada 1995-96, a los 27 años, con el BM Valladolid, tras recoger la batuta del actual técnico del Ademar, Manuel Cadenas, con el que fue segundo durante año y medio, convirtiéndose en el más joven de la categoría. A los 15 años comenzó a jugar al balonmano en el Colegio San Viator de Valladolid, cantera de buenos jugadores, como portero, pero como no destacó en esta faceta, se convirtió en entrenador de forma temprana para ir asimilando experiencia y las enseñanzas de técnicos más veteranos. A pesar de que el equipo carecía de medios económicos, Pastor logró mantenerlo muy dignamente en la Asobal, debiendo renunciar a la contratación de jugadores extranjeros y rebuscando en las categorías inferiores del mercado nacional para ir formando equipo, año tras año, sin perder potencial. El Valladolid, de la mano de Pastor, ha logrado disputar cuatro finales europeas, dos de Copa del Rey, una Supercopa de España y el título de la Copa Asobal (el primero para el club en 2002), lo que demuestra la calidad de este técnico cuya principal virtud es la de «estudiar» a los rivales y «trabajar mucho» cada día para conseguir un engranaje perfecto en su equipo. Diez años seguidos lleva al frente del equipo vallisoletano, quinto en la Asobal en los últimos años, inmediatamente detrás de los grandes, que se nutren de los mejores jugadores a base de talonario, mientras él ha ido formando un buen equipo con estrellas prometedoras para que otros se las lleven, por falta de presupuesto. Pastor apostó fuerte, consciente de que no se equivocaba, con jugadores que conocen bien su técnica de trabajo, como Iker Romero, Fernando Hernández, Juancho Pérez, Albert Rocas y Mariano Ortega, junto a tres de su equipo: Chema Rodríguez, Rubén Garabaya y David Davis. Una columna vertebral a la que se adaptaron perfectamente los más veteranos como Mateo Garralda, Juanín, Rolando Uríos o Alberto Entrerríos, que arroparon a grandes guardametas como Barrufet y Hombrados, para conformar un equipo que, por primera vez, ha jugado como tal. El éxito para la selección llegó de la mano de este técnico, trabajador incansable y estudioso hasta límites insospechados, que ya ha venido demostrando en el Valladolid y ahora deberá ser reconocido internacionalmente como el técnico que llevó a España al título mundial por primera vez.