Cerrar

La forma en que perdió en casa la Deportiva no entraba en el guión (0-4)

Cinco minutos nefastos provocan la primera derrota de los blanquiazules ante su público

Publicado por
Ramón Díez - ponferrada
Ponferrada

Creado:

Actualizado:

La Deportiva completó ayer un domingo nefasto que ya venía entristecido de antemano por la pérdida de Manuel Samprón. De una tacada, los blanquiazules conocieron la derrota en El Toralín en la actual campaña, dejaron atrás una impresionante racha de catorce jornadas consecutivas sin caer y perdieron el average con uno de los rivales directos en la lucha por el ascenso. A todo eso puede añadirse que nunca antes habían recibido cuatro tantos en un partido los discípulos de Tomé, pero como bien apuntaba el técnico en la sala de prensa, es mejor tener un día malo que no cuatro regulares. O lo que es igual, mejor que te metan cuatro un día que no uno en cuatro ocasiones. Varias son las razones que llevaron a la Deportiva a recibir tan contundente varapalo. De entrada, el hecho de no poder contar con ninguno de los defensas titulares era un contratiempo importante, aunque no definitivo. La entidad del rival también cuenta, si bien no existe entre Real Unión y Ponferradina tanta diferencia como señala el marcador. Hasta los propios jugadores vascos se mostraban sorprendidos de ver lo que estaba ocurriendo. Antía lo reconoció al final cuando afirmó que no daba crédito al resultado que reflejaba el marcador a la media hora de partido. Y ahí estuvo en verdad la clave. Los blanquiazules lo estaban haciendo relativamente bien hasta ese minuto 25 cuando en una acción de ataque, el delantero Gorka De Carlos recupera la pelota cerca de su propia área y se recorre todo el campo por el pasillo central hasta llegar a las proximidades de Rubio, sin que nadie pueda detenerle, antes de colocar el cuero ajustado al poste, tanto que golpeó en la base del mismo antes de colarse en el portal de la Ponferradina. Ese tanto hizo mella en los locales por la forma en que se produjo. Los siguientes minutos resultaron nefastos porque tres más tarde, Endika sirve medido desde la derecha para que cabecee a la red el lateral diestro Olmo, sin ninguna oposición y a renglón seguido, en medio del estupor general, la defensa se hace un lío y no consigue sacar el balón del área propia hasta que el cuero llega a Badiola en la frontal para que éste fusile a Rubio. El equipo local era un manojo de nervios y el Real Unión jugaba a sus anchas. Ni en el Stadium Gal se habrán econtrado un partido tan cómodo este año. Pero estas son las cosas del fútbol, un equipo como la Deportiva, que no había perdido ni una vez en casa, se marcha al descanso con 0-3 y con la sensación de que todavía había podido ser peor ya que Rubio salvó el cuarto después de un lanzamiento de falta que atajó el madrileño abajo cerca del primer palo. El Real Unión era letal cada vez que llegaba a los dominios del área local y eso creaba una inseguridad que impedía a los bercianos pensar con claridad para irse arriba. Pese a lo crudo del panorama, los inicios del segundo tiempo resultaron esperanzadores. Miguel pudo recortar diferencias en el lanzamiento de una falta cerca del área, pero su disparo salió desviado en inmejorable posición. Poco después fue Fran el que probó fortuna, pero el balón del zamorano tropezó ligeramente en un contrario y termino saliendo a córner cuando Otermin se temía lo peor. Pero cualquier posibilidad de remontada pasaba irremediablemente por hacer un gol pronto. Eso no ocurría y a medida que iban pasando los minutos, el Real Unión se afianzaba en su fútbol de contención. Mandiola reforzó el mismo, dando entrada a Sorribas y Larrainzar. Y poco después llegó el cuarto tanto en una buena jugada de Endika por la derecha, cuyo envío lo remacha Badiola a puerta vacía. El público empezó a desfilar y muchos lamentaron no haberse quedado en casa viendo el gran triunfo de la selección de balonmano. En los últimos compases, Johny pudo haber hecho el tanto del honor cuando se quedó solo ante Otermin, pero su disparo se fue arriba y ahí se acabó la historia.