El Club Leonés sufre un duro revés al perder los dos partidos en casa

El Club de Pelota Leonés sufrió el pasado fin de semana el primer y fuerte varapalo, perdiendo los dos partidos en su propia cancha, contra el Club D'Elhuyar de Logroño. Leoneses y riojanos se disputan este año su clasificación para la liguilla de ascenso a primera división. Por encima de ellos, camina con paso firme y marcando diferencias el Club Pelotazale Plentzia de Vizcaya, que tiene esa clasificación como el que dice conseguida. Por lo tanto, la visita que el pasado fin de semana hicieron los pelotaris riojanos en la cancha del frontón universitario, era merecedora de todo tipo de atención, prevención y recelo por parte del Club Leonés para conseguir, al menos, vencer en uno de los partidos. Si esto, ganar un partido, se hubiese conseguido, la clasificación continuaría igual, es decir, Vizcaya primero, Club de Pelota Leonés segundo y los riojanos en tercer lugar, empatados a victorias con los leoneses. El comienzo de la segunda vuelta, prevista para el día 20 del presente mes con otros cinco partidos, arrancaría sin nada por decidir y con todas las expectativas abiertas. De esta forma, todo augurio que se puede pensar a partir de ahora, parecerá de ciencia ficción. Jornada para olvidar. Así podría comenzar el pequeño guión que relatara lo acontecido en los partidos de paleta y pala corta que, el pasado fin de semana, se disputaron en el frontón cubierto de la Universidad, entre el Club de Pelota Leonés y el Polideportivo D'Elhuyar de Logroño. Ricardo-Amilivia y Alberto-Goyo, que defendieron la paleta y la pala corta respectivamente, no estuvieron a la altura de las circunstancias y se dejaron llevar en volandas por los riojanos. La refriega del partido de paleta, donde hay que sufrir mucho para conseguir hacer un tanto, pudo con nuestro delantero Ricardo que se vio superado una y otra vez por la pareja riojana Barrero-Jalón. El catarro y estado gripal que arrastraba Ricardo la semana pasada, pudieron ser motivos suficientes. Se le notó cansado, con la respiración entrecortada y pidiendo tiempo como tabla de salvación. El partido se puso cuesta arriba para los leoneses ya desde sus comienzos y, eso, casi siempre es un mal presagio, un indicativo de que las cosas no marchan bien. Amilivia, que esta semana tendrá que pasar por las correspondientes sesiones de rehabilitación para curar esa dolencia lumbar, también acusó el compromiso. Con un 32-25 a favor de los riojanos terminó el sufrimiento y esa rabia contenida por parte de los leoneses de querer y no poder. En pala corta, igual El encuentro de pala corta fue otro tanto de lo mismo. Alberto y Goyo fueron a remolque, siguiendo el camino que marcaban los riojanos, Fernández-Arbaiza. Goyo, en la zaga, pasó desapercibido perdiendo diecisiete tantos, que le endosó su ponente Arbaiza, de saque directo. Algo que, en principio, no parece normal. Un zaguero tiene que estar acostumbrado a buscar el resto al saque, aunque este venga retorcido y echando chispas. No devolver dos, tres y, si me apuran, hasta cuatro saques a lo largo de un partido de pala corta, es lógico y entra dentro de las premisas del juego -teniendo en cuenta que la misma opción tiene el contrario, en este caso Goyo, para buscarle las cosquillas con la misma jugada a su oponente-. Por eso, se nos antoja como algo anecdótico y digno de resaltar, el número tan elevado de tantos con el saque que consiguió el riojano. Con esta situación, el que el resultado final fuera de 40-15, a favor de Fernández-Arbaiza, no resultó ninguna sorpresa.