El Valencia sólo ha sumado tres puntos en cinco encuentros

El Valencia, vigente campeón de Liga y mejor equipo de 2004 según la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol, se ha desmoronado en las últimas semanas, hasta el punto de mostrarse como un conjunto sin patrón de juego y con una situación clasificatoria mucho mejor que la que su fútbol refleja. El equipo perdió el sábado en casa ante el Deportivo en el que ha sido su quinto partido consecutivo sin obtener la victoria, ya que el último triunfo de los de Mestalla se remonta al pasado 8 de enero, cuando se impuso como local al Levante por 2-1. Por primera vez en muchos años, la afición, acostumbrada a los éxitos de un conjunto que ha logrado dos de las tres últimas ligas españolas, despidió al equipo con una gran pañolada tras el partido del sábado, protesta que iba dirigida, preferentemente, al italiano Claudio Ranieri. Con independencia de los resultados adversos de las últimas semanas, el principal problema del Valencia es que su juego va a menos y el equipo está muy por debajo de lo que refleja la clasificación, puesto que hasta este fin de semana el Valencia era tercero, aunque con un juego menos armónico que el de otros equipos peor situados. El equipo empezó bien la temporada de la defensa del título logrado con total autoridad en 2004, pero pronto entró en una racha de derrotas que se vio subsanada a partir de noviembre con una serie de nueve partidos sin perder. El Valencia no recibía goles y sacaba los partidos con más acierto que brillantez, hasta que en el último mes la serie se ha truncado y el Valencia ha dejado de ganar porque, además de jugar mal, ahora recibe mucho goles. En los últimos cuatro partidos al equipo le han marcado diez tantos, seis en dos encuentros fuera de casa y cuatro en los dos partidos disputados como local, al tiempo que de los últimos quince puntos disputados ha sumado tres. La seguridad defensiva del Valencia había sido una de las claves de los éxitos más recientes del club, pero ahora ni la sustitución de Cañizares por Andrés Palop en la portería del equipo ha impedido que la línea descendente cobre intensidad. Ranieri apela habitualmente a la lucha, la entrega y la pelea y ensalza estas virtudes entre sus jugadores, a los que insta a continuar en la misma línea, pero siempre olvida referirse al escaso fútbol que propone un equipo que se muestra desorientado y sin ideas. «Ante el Deportivo hicimos el mejor encuentro de 2005», afirmó Ranieri en la sala de prensa de Mestalla frente a un grupo de periodistas que no daban crédito a lo que escuchaban. Pese a la pésima imagen que ofrece, los números del equipo son aceptables, pero las posibilidades de que el conjunto acabe entre los cuatro primeros son, ahora, más matemáticas que futbolísticas.