Rusia no pudo evitar que España recuperase la hegemonía europea (2-1)

La selección española de fútbol sala no tiene límites. Si en diciembre pasado conquistó el mundo al pasar por encima de sus rivales en el certamen de China-Taipei, ayer se coronó por tercera vez en su historia campeona de Europa al ganar por 2-1 a Rusia una final que los de Javier Lozano dominaron de principio a fin. Con este éxito firmó, además, su segundo doblete. Los españoles, más expertos que los rusos en este tipo de duelos decisivos, controlaron siempre la situación, evitaron los temibles contragolpes del rival y no sufrieron apenas sobresaltos ante un equipo que había ganado todos sus tres partidos en la primera fase de Ostrava y superó en semifinales a Italia. Precisamente ante los transalpinos España cosechó su única derrota (1-3), en gran parte puesta en bandeja para poder medirse a los ucranianos en semifinales. Presión y estrategia Una buena presión en tres cuartos de cancha y una defensa adelantada frenaron las acometidas de los rusos, que se vieron sometidos por el dominio español y se vieron bastante pronto, a los 9 minutos, ya en desventaja. De nuevo, España sacó provecho de la estrategia, ya que un córner ejecutado por Julio fue definido con precisión por Andreu, el catalán de Boomerang-Interviu. Igual que hizo ante los ucranianos en penúltima ronda, la selección nacional se dedicó a mantener el tipo en el resto del primer tiempo. Cansaron físicamente y desesperaron en el aspecto mental a los de Oleg Ivanov, que pese a todo pudieron empatar en un disparo de Levi que rozó el palo defendido por Luis Amado. Tras el descanso, también igual que ocurrió en semifinales, España salió en tromba, no dio tregua a Rusia y sentenció prácticamente el título con un gran disparo de Kike que no pudo atrapar el portero Zouev y que remachó Cogorro. A partir de entonces, la selección trató de imponer un ritmo lento en el que la veloz Rusia sufriera. Sólo hubo algo de incertidumbre a nueve minutos para la conclusión, cuando tras un saque de esquina Douchkevitch acortó distancias. Los rusos lo intentaron entonces con todo, incluido el portero-jugador, pero España sólo padeció con un tiro en el instante final de Malyshev que pasó muy cerca del palo. El «capi» se despide Pese al tristón ambiente en Ostrava, donde apenas se dieron cita 5.000 espectadores sobre un aforo de más de 13.000, el pitido final preludió la gran fiesta de los españoles y en especial del capitán Julio, que se despedía a lo grande del combinado nacional, después de 115 entorchados internacionales. España, en fin, presume de tener tres títulos y un subcampeonato en las ediciones del Campeonato de Europa celebradas hasta la fecha. Con el triunfo en la República Checa deshizo, además, el empate que existía en las finales continentales disputadas con Rusia, a la que había ganado en 1996 y con la que perdió tres años después por penaltis, aunque a su favor juega el haber eliminado en semifinales a la selección rusa en el europeo celebrado en Moscú en el 2001, donde España venía de proclamarse también campeona del mundo en Guatemala y donde comenzó a hacer historia con el logro de su primer doblete. El ala de la selección española, Andreu Linares, se mostró muy feliz por la consecución del título europeo bajo la dirección de Javier Lozano. «Ha marcado una época consiguiendo el doblete de mundial y europeo como hicimos en el 2001 y hemos escrito una página de oro en la historia del fútbol sala español». El jugador catalán demostró además su optimismo y espíritu ganador. «Esta selección no se cansa de ganar, y las finales no hay que jugarlas, sino ganarlas». Julio, capitán del combinado español declaró sentirse «encantado» con el título europeo logrado ensalzó el papel de esta gesta. «Ha costado mucho conseguirlo, hasta el último segundo. Estamos haciendo historia». El capitán, de 32 años, tras estas declaraciones anunció su decisión de abandonar la Selección, pero marchándose por la puerta grande . «Es emocionante que pueda despedirme de la selección de esta manera, con este grupo humano y este europeo». Daniel Ibañes también quiso plasmar sus impresiones después del «increíble» triunfo conseguido. «Es lo más grande, era difícil conseguir una vez el doblete de mundial y europeo, pero más lo era repetirlo. Vamos a disfrutar este momento al máximo». El jugador hispano-brasileño le dedicó el campeonato a su compañero Julio, «que tiene una página inolvidable escrita con la selección española», señaló.