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Garbajosa mete al Unicaja en el club de los campeones de la Copa (80-76)

El Real Madrid continúa gafado en este torneo, que no gana desde hace doce años

Publicado por
Jorge Muñoa - zaragoza
León

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Jorge Garbajosa abandonó Treviso el verano pasado para regresar a su tierra, al baloncesto español, y en unos cuantos meses ha justificado más que de sobra el esfuerzo del Unicaja para ficharle dándole el primer título de Copa de la historia, con un excelente partido frente al Real Madrid en la final y otras dos grandes actuaciones en cuartos y semifinales. El Real Madrid, que no había peleado por el título desde Málaga 2001, continúa gafado en la Copa, un torneo que se le resiste desde 1993. Fernando Romay sigue siendo el último jugador que ha levantado el trofeo para el club madrileño. El equipo malagueño, con la tensión al máximo y avivado por la posibilidad de levantar el primer trofeo del club en la era ACB, voló sobre la pista durante los dos primeros cuartos. El Unicaja no escondió nada y en vez de esperar su oportunidad como en la semifinal contra el Pamesa Valencia salió a por todas y asaeteó al Madrid. Los blancos, más cerebrales, encomendaron a Louis Bullock la misión de mantener la nave a flote. El norteamericano le creaba un sinfín de problemas a Carlos Cabezas y anotó nueve de los once primeros puntos blancos, pero cuando Pepe Sánchez le relevó cortó la racha del base madridista. La erupción ofensiva de Stephane Risacher dio el primer empujón serio al conjunto andaluz. Transformó ocho puntos entre el minuto cinco y el diez y abrió la caja de los truenos para un Madrid en estado de shock (23-14), envuelto en enormes complicaciones a la hora de perforar el aro cajista. Los blancos no paraban de sufrir. Una nueva vuelta de tuerca del Unicaja a través de J.R. Bremer, que empezó a clavarlas hasta ponerse en trece puntos, situó al equipo del serbio Bozidar Maljkovic ante un precipicio insondable (36-22 m.15). Había dos alternativas: reaccionar o tirar la toalla. Eligieron la primera o Bullock la materializó con escasas ayudas. El estadounidense enfiló el vestuario con diecisiete tantos en su casillero y la operación de rescate cumplida porque la diferencia ya no asustaba tanto (40-36). El descanso les vino muy bien a los madridistas. Un poco de reflexión, de auto-análisis y nuevos bríos para continuar el partido. La conclusión extraída salió a relucir en el tercer cuarto. Hacía falta defender mejor para tumbar a un enemigo que lo tenía todo estudiado, incluida la técnica forzada por su entrenador, Sergio Scariolo, a los tres minutos. El italiano la traía escrita de casa con el único objetivo de enardecer aún más a sus jugadores. Errores Pues el Madrid apretó en defensa y a unas alturas en las que nadie hacía la más mínima concesión y cada cesta costaba un mundo, puso el marcador en pie de igualdad (53-52 m.30). Si el Unicaja hubiese aprovechado los tiros libres, el Madrid las habría pasado muy mal para salir del túnel, pero con dos de siete hasta el tercer cuarto le dieron cuartel. Eso sí, el Madrid cometía sus propios errores y, por eso, el Unicaja seguía mandando, aunque los madridistas también acertaban en otras cosas. En especial Bullock, que con su punto número veintiocho ponía el marcador en 60-61 (min 35). El título buscaba domicilio fijo en alguna vitrina. El equipo malagueño le había enseñado los cristales relucientes de la suya durante toda la tarde y se lanzó a por el trofeo con toda el alma. Mientras el Madrid volvía a bloquearse en ataque, Jorge Garbajosa ponía el colofón a un gran torneo con el triple que ponía el epitafio, el del 70-62, tras un parcial de 10-2, a dos minutos de la bocina. La Copa pintaba en verde. El Unicaja ya está en el club de los campeones.

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