Finalizan con éxito los descastes de zorros
Los últimos desastes de zorros ordinarios concedidos para el control de este tipo de cánidos han finalizarán en el mes de febrero. A partir de aquí tan solo se podrán conceder de forma excepcional y siempre que los daños sean evidentes y comprobados por los agentes forestales. La práctica totalidad de cotos de caza situados en zonas con cultivos de maíz han desarrollado una o dos batidas como máximo. En los acotados con términos municipales muy amplios quedan sin batir importantes manchas de cereal. Además y de un día para otro los animales ocupan manchas que ya han sido batidas. En opinión de los expertos en los campos donde se dan las batidas a conciencia y con buenos perros puede eliminarse un porcentaje aproximado del 30 %, pues muchos consiguen burlar a las rehalas y escapar mientras que otros permanecen refugiados en las viveras. «De poco sirve limpiar un coto si el de al lado no hace nada -comenta un rehalero- El campo no tiene puertas». El control de predadores, a la vez que resulta muy positivo para la salud del acotado, sirve para reunir a los socios en una jornada de caza y convivencia. La caza del zorro puede resultar divertida siempre que se cuente con buenos perros y abundancia de «raposos». Tras varios años de realizar estos controles la experiencia demuestra que las poblaciones se mantienen estables y con unos efectivos superiores a una pareja cada cien hectáreas. Además, una vez que ha concluido la temporada del jabalí, las rehalas de perros tienen la oportunidad de permanecer un mes más en activo. Sin embargo algunos rehaleros se muestran reacios a utilizar sus perros en este tipo de caza, ya que el rastro del zorro es muy fuerte y cuando se «pican» resulta muy difícil que lo abandonen. Así, y en las monterías, si aparece un raposo seguirán su rastro abandonando el del jabalí con el consiguiente cabreo de los monteros. Algo parecido suele suceder con los corzos, especialmente atractivos para los sabuesos. El pasado fin de semana se han realizado batidas en varios acotados de las riberas del Esla, todas ellas con resultados positivos. En Campo de Villavidel se abatieron ocho ejemplares en una zona de seiscientas hectáreas. Se contó para la batida con una rehala de Pobladura. De la densidad de zorros da una idea el hecho de que, además de los ocho animales muertos, pudieron verse otros tantos que consiguieron escapar. El coto cuenta con 1.200 Hectáreas, pero en una sola jornada no pudo batirse más terreno debido a que, en la zona baja, todavía queda bastante maíz sin cosechar.