Diario de León

El Madrid se hunde en Riazor

El Deportivo alejó al Madrid un poco más del título de Liga y se cargó de moral para afrontar su lucha por los puestos europeos tras ganar por 2-0. El Barcelona se deja dos puntos en la pist

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AGENCIAS - A CORUÑA
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En un primer cuarto de hora lleno de intensidad, los blanquiazules estuvieron más acertados y dejaron el choque decidido ante un equipo blanco que se mostró voluntarioso ero muy poco preciso. Comenzó frenético el partido, con ambos equipos buscando la portería rival. El Deportivo parecía tenerlo claro a la hora de explotar la inferioridad madridista por las bandas, y de esta manera llegó el primer gol local. Los blanquiazules desequilibraron por la derecha y un centro de Sergio fue aprovechado por Luque, que se adelantó a la defensa merengue y remató de cabeza en el primer palo. Reaccionó el Madrid y Figo pudo empatar en un disparo desde fuera del área, pero la fatalidad quiso que poco después Pavón introdujera el balón en su propia portería. Con apenas un cuarto de hora de partido, el Deportivo tenía el encuentro más que encarrilado y la ventaja suficiente como para manejarlo a su antojo. Por contra, el Madrid, que no había empezado mal, se encontraba con la necesidad de arriesgar ante un rival especialmente dotado para el contraataque. Gravesen se esforzaba en vigilar a Valerón, pero el danés no era suficiente para contener a un rival que tenía la lección bien aprendida. Tan pronto recuperaban la posesión, los blanquiazules volcaban el balón a las bandas, especialmente a su derecha, a la espalda de un Roberto Carlos que no renunciaba a su vocación ofensiva. Raúl Bravo subía bastante menos y al menos tenía la colaboración defensiva de Beckham, el más enchufado de los de Luxemburgo en la primera mitad. Control del Dépor Al Deportivo no le importó dejar la iniciativa del encuentro a los blancos, sobre todo porque estos eran incapaces de crear peligro. La escasa movilidad del Madrid permitía a los locales juntar líneas con facilidad y presionar en una línea de tres cuartos que el rival era incapaz de superar. Ya sin el lesionado Zidane y con Solari en el campo, los madrileños siguieron intentándolo, aunque sin mucha efectividad. El único peligro de los blancos procedía de algún pase de Beckham hacia un desafortunado Portillo, porque de Owen ni siquiera hubo noticia en toda la primera mitad. Tampoco a los atacantes del Deportivo se les volvió a ver mucho antes del descanso, pero ellos tenían el resultado a favor y sólo les quedaba esperar una nueva oportunidad para sentenciar. No cambió demasiado el panorama en la segunda mitad, con un Madrid dominador en la posesión ante un conjunto blanquiazul en exceso conformista. No le gustaba eso demasiado al público, que veía como cada vez que su equipo atacaba con algo de criterio llevaba peligro al área de Casillas. Pero los herculinos acusaban el esfuerzo físico de la primera mitad y preferían administrar esfuerzos en el capítulo ofensivo. Sin fe Con el paso de los minutos, los de Luxemburgo empezaron a perder la fe y el partido se transformó en una sucesión de imprecisiones. Al Deportivo le iba bien con el resultado y el Madrid no veía el modo de cambiarlo. Luxemburgo buscó alternativas y cambió el dibujo del equipo, pero tampoco tenía en el banquillo las respuestas necesarias para llevarlo a cabo. El último cuarto de hora del partido resultó intrascendente, si nada que contar salvo los intentos individuales de Tristán por superar a Samuel y marcar su golito. El defensa argentino no faltó a su cita con la tarjeta amarilla, en una acción que casi fue lo más intenso hasta el final del partido. Era el cierre a un partido que se presumía mejor, pero que terminó mostrando el porqué de la clasificación del Deportivo y las razones por las que el título liguero está cada vez más lejos del Madrid. Al menos los blanquiazules ganaron y pueden mirar al futuro con algo más de optimismo.

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