DESDE VALENCIA
Metamorfosis en Mestalla
EL VIEJO CAMPO de Mestalla vivió una de las mayores metamorfosis que se recuerdan en la historia del Valencia, que en el primer partido de Antonio López como técnico aparcó el mal juego y la falta de ilusión de las últimas semanas para recordar al conjunto que ha sido campeón recientemente. López, que había sido segundo entrenador del Valencia durante tres años (2001-2004), junto a Rafa Benítez, se hizo cargo el pasado viernes tras la destitución del italiano Claudio Ranieri, que había dirigido al Valencia desde el inicio de la temporada. Apenas 72 horas después de la demostración de impotencia que ofreció el Valencia en Bucarest, donde quedó eliminado de la Copa de la Uefa, el equipo arrolló con un buen fútbol al Betis, uno de los conjuntos más compactos de la Liga. El Valencia no conocía hasta ayer la victoria en la segunda vuelta, ya que no había ganado un encuentro desde su triunfo ante el Levante el 8 de enero. Lo peor, sin embargo, no eran los marcadores: el juego era mucho más preocupante. La eliminación en la Copa de la Uefa desbordó el vaso y provocó la destitución de Ranieri. Dos días de trabajo permitieron que Antonio López recuperara las pautas de la pasada campaña en la que el equipo era un bloque sólido que sabía a lo que jugaba, lo que le permitió ser campeón de Liga y Uefa. Para ello, López decidió contar con los jugadores habituales de ese proyecto, prescindió de los italianos llegados este año, y recuperó las formas de aquel Valencia. Cañizares volvió al equipo en el que había sido titular habitual en los últimos años y Caneira jugó como lateral derecho, en el puesto de Curro Torres, lesionado. Con Ayala y Marchena como pareja de centrales y el incombustible Carboni en el lateral izquierdo, lugar al que debió volver a sentirse como en casa tras haberse visto exiliado en la banda derecha, en la que había sufrido en exceso en los últimos encuentros. Albelda y Baraja impusieron su ley en el eje del centro del campo, Rufete derrochó energías en la banda derecha y Fabio Aurelio demostró su clase en la izquierda. Aimar volvió a ser un jugador creativo en el enganche y el eje del ataque fue para Mista, un jugador tenaz u efectivo. Nada que ver, por tanto, entre este Valencia y el equipo de las pasadas semanas que tenía dificultades no sólo para imponer su juego, sino en ocasiones para dar pases a diez metros. El Valencia vuelve a estar entre los cuatro primeros, en puestos de Liga de Campeones.