La llegada de Gorka Soria y Guillees una bendición para la Deportiva

La Sociedad Deportiva Ponferradina ha sabido reforzarse con inteligencia en el mercado invernal. Su verdadero talón de Aquiles en la actual campaña consistía en la escasez de efectivos para la línea medular, agravada por la marcha de Fernando Daniel Screpis, al tiempo que la falta de gol también se había convertido en una rémora. De una tacada, el cuerpo técnico ha sabido estabilizar estas dos carencias en el pasado mercado invernal. Ya se sabe que la temporada es larga y que las notas se imparten en el mes de junio, pero todo parece indicar que el acierto en los refuerzos navideños ha sido pleno. De Gorka Soria no había mucho que decir porque su propia trayectoria ya le avalaba. Era necesario comprobar su estado físico y se determinación por amoldarse a una categoría inferior a la que estaba acostumbrado. Y es que por El Toralín han desfilado algunos jugadores en los últimos años con pedigrí balompédico que luego no fueron capaces de plasmar sobre el terreno de juego. Con el vizcaino eso no ocurre porque nunca se reserva ni un ápice cuando está en el campo y además tiene la valiosa virtud de cumplir siempre sin ofrecer alardes gratuitos cara a la galería. Con él junto a Vicente Úriz, que es otro de los grandes aciertos de los técnicos esta temporada, la Deportiva se garantiza un equilibrio defensivo del que salen directamente beneficiados los hombres de la cobertura, además del propio guardameta Rubio. Pero los réditos no atañen sólo a la zaga porque la llegada de Gorka Soria descarga también a los jugadores de banda, más acostumbrados hasta la fecha a realizar tareas de contención que aminoraban su eficacia en vanguardia. Esta variante debe hacerse notar en el futuro, si bien queda por resolver un nuevo enigma. Con Soria en el campo a Tomé le sobra un jugador (el domingo fue Tarradellas) de los que eran habituales en sus formaciones. Habrá que ver si en casa el técnico opta por seguir alineando a los dos flamantes medios centros con los que cuenta actualmente. Para completar el fortalecimiento del equipo, se ha incorporado a un delantero joven con hambre de triunfos. Guille es el enésimo producto de la inagotable factoría sevillista, pese a sus orígenes jerezanos. Parece un acierto apostar por un futbolista joven y con ganas, no exento de calidad ni puntería, en vez de seguir confiando en gente de vuelta cuyas prestaciones no han servido de mucho. Con Guille arriba, el ataque de los blanquiazules ha ganado en alegría y frescura. De su enorme movilidad pueden y deben aprovecharse sus compañeros (Rubén Vega ya lo hizo ante el Guijuelo) porque Tomé deseaba ver engordadas las estadísticas goleadoras de los centrocampistas, máxime si los delanteros no acertaban, como desgraciadamente así estaba siendo. El futuro promete, aunque no es para confiarse porque muchos enemigos acechan en la persecución de una plaza para la promoción.