Diario de León

Pajares de los Oteros celebra sus primeras jornadas cinegéticas

Caza menor, vinos y gastronomía componen un variado programa de actividades

Esta señal ha sido instalada recientemente en la carretera de Villamañán a Valencia de Don Juan

Esta señal ha sido instalada recientemente en la carretera de Villamañán a Valencia de Don Juan

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Pedro Vizcay - leónp. v. | león
León

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Si hay un lugar en España donde las especies cinegéticas reinas de la caza menor la perdiz y la liebre encuentran su habitat ideal, ese es Pajares de los Oteros. El terreno arcilloso, suavemente ondulado y surcado en ocasiones por profundas cárcavas, unido a los cultivos de viñedo, cereal y barbecho, representan un auténtico paraíso para estas especies habitantes ancestrales de las campiñas secanas de Tierra de Campos. Los regadíos de la margen izquierda del Porma, que han significado a la vez que el progreso de la agricultura la ruina para la actividad cinegética, bordean las más de seis mil hectáreas del término municipal salpicado de bodegas, palomares y casas de tapial que es cuna del vino de aguja salido de las cepas viejas de prieto picudo. Cuando en 1.995 la Junta de Castilla y León abandonó a su suerte el Coto Social de los Oteros, 24.000 hectáreas de terrenos cinegéticos, se perdía uno de los espacios más genuinos no sólo para la caza, sino para el estudio y conservación de las aves esteparias singulares y únicas de la Península Ibérica: la perdiz roja y la avutarda. La fragmentación del antiguo coto en un tablero de cotos privados, unida a la sobrecaza y mala gestión de los mismos, redujo drásticamente las poblaciones de perdiz y de liebre ya que la avutarda se había convertido en especie protegida. El que antaño fuera el mejor coto de España, reconocido por cazadores míticos como Tragacete, si no por la cantidad si por la bravura y fortaleza de sus perdices autóctonas, aclimatadas en los crudos inviernos mesetarios, se fue quedando sin sus más peculiares inquilinas. Pero Pajares, en pleno corazón del viejo coto, preservó al menos en parte su enorme patrimonio cinegético gracias a un paisaje donde perdices y liebres se funden y confunden con los cavones pardos y rojos que deja el arado cuando rompe el campo. Un proyecto ambicioso Consciente de que debe aprovecharse este potencial para atraer hacia la zona el turismo cinegético de calidad, la corporación municipal de Pajares, presidida por Julio César Fernández, pretende llevar a cabo un ambicioso proyecto, convertir el coto y su gestión en un referente para todo el noroeste de España. Cuenta para ello con la colaboración de Juan José Alonso, presidente del coto y concejal del Ayuntamiento. Ambos deberán convencer a los cazadores locales de la bondad del mismo para que sepan renunciar a una parte de sus derechos en aras del beneficio social. Se trataría de un amplio proyecto de desarrollo rural en el que participarían varias instituciones encabezadas por la Diputación Provincial. Precisamente el once marzo el presidente de la Diputación presentará este proyecto cuyas líneas maestras se mantienen en secreto pero en el que el alcalde ha depositado muchas esperanzas. La caza deberá ser, como ya lo es en muchos pueblos de Toledo o Ciudad Real, el motor del desarrollo económico en el que se entremezclan los productos de la tierra, generosa en vinos hortalizas y legumbres, la hostelería y el turismo. Sería el escaparate necesario para vender los vinos que comienzan a despegar con fuerza. Pajares, Locus, Bricar, Auterolo, Prieto Real, Augusta Roble... marcas con el denominador común de la uva auténtica de Prieto Picudo. También para crear las infraestructuras hosteleras necesarias para albergar a los visitantes que aprenderán a conocer, que es amar, este paisaje de campiñas barcillares bodegas y plomares donde las perdices apeonan hasta confundirse con el surco rojizo o los colores ocres de las viñas en otoño. Peligro: animales salvajes La proliferación de accidentes de tráfico en los que intervienen animales salvajes ha determinado a la Junta de Castilla y León a colocar señales indicadoras. La señal de referencia en la fotografía adjunta se encuentra en la carretera que une la localidad de Villamañán con Valencia de Don Juan, un trayecto de cinco kilómetros en el que, cada año, se producen varios accidentes con atropellos de jabalís que ocasionan importantes daños materiales en los vehículos si bien, hasta la fecha, no se han producido daños en los conductores u ocupantes de los mismos. La señalización, de considerable tamaño, es reflectante, por lo que destaca durante la noche que es, precisamente, el periodo mas peligroso en este tipo de accidentes. El hecho de que en la zona predominen cultivos de maíz, unido a la proximidad al río Esla y terrenos pantanosos aledaños, hacia los que los cochinos sienten fuerte querencia, determinan la abundancia de estos animales que, con frecuencia, llegan a superar los cien kilos de peso. Por otro lado, la circunstancia de que la carretera sea recta y estrecha, sin arcenes ni apenas cunetas, dan muy poco margen de maniobra a los conductores que se topan con el animal al crepúsculo o durante la noche. El pasado año y en toda la provincia, el número de accidentes de este tipo denunciados superó el medio millar.

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