La Deportiva huye de euforias y se centra en ganar al Burgos

El importante triunfo sumado el domingo en Zamora ha desatado la euforia, una vez más, entre un amplio sector de la afición blanquiazul. Pese a que todavía restan 33 puntos para el final de la temporada regular, son muchos los que empiezan a hacerle guiños a la promoción de ascenso, llevados por el buen sabor de boca que ha dejado el choque del domingo en el Ruta de la Plata ante el todavía líder del grupo. Es bueno que la afición tenga tan sana aspiración, pero ya se sabe que un exceso de euforia podría convertirse en un inconveniente llegado el caso. Con la sensatez que le caracteriza, Tomé ya señalaba a la conclusión del encuentro en Zamora que «todos debemos tener los pies en el suelo», seguramente pensando en que podría ocurrir algo así. Nadie tendrá más ansia de disputar una promoción de ascenso que el propio técnico, pero su dilatada experiencia en los banquillos le lleva a hacer gala de esa prudencia que no debe entenderse mal. Seguramente el máximo responsable del plantel berciano está tratando de abstraer a sus jugadores de un entorno excesivamente confiado en las posibilidades de un equipo que en verdad merece el respaldo de sus seguidores. La terapia de grupo debió iniciarse ya en los propios vestuarios del Ruta de la Plata porque los jugadores de la Deportiva eludieron hablar de objetivos tan ambiciosos a estas alturas, conscientes de lo que se avecina. Sin ir más lejos, el domingo llega un Burgos que ya eliminó a los bercianos en la Copa y que planteará problemas en El Toralín. Todos están centrados en sacarse la espina de la eliminación copera y de paso dar un gran salto hacia la consecución de algo que, no debe olvidarse, nunca antes se logró.