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León y Fuenlabrada ensayan para el play-off con un triunfo agónico

El equipo aguantó la embestida inicial, se puso arriba y defendió a muerte el último balón

Publicado por
Carlos Frá - león
León

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Se acercan los play-off y anoche en el Palacio de Deportes se vivieron con plena intensidad. Una grada entregada, dos equipos a muerte en la pista, riqueza táctica, intensidad... y final agónico, decidido en un único balón tras cuarenta minutos de pelea y garra. Y también ayudaron los árbitros con una permisividad alta de inicio aunque luego se complicaron la vida y se dejaron arrastrar por la tensión para acabar con quejas desde los dos bandos. El final fue un cara o cruz, y cayó cara los intereses locales, aunque no sólo fue cuestión de suerte sino de los excelentes tapones aplicados por Dani -ayer puso cinco- y Barnes, antes de Rubén Quintana lanzase a la desesperada un balón que no entró en el aro. Pero antes se habían vivido cuarenta minutos intensos. Con un Fuenlabrada que apretó mucho en el inicio en defensa y que consiguió un 4-11 inicial gracias a la excelente capacidad anotadora de sus jugadores. Tras un primer tiempo León seguía estrellándose contra la defensa visitante pero al menos atrás las cosas empezaron a funcionar mejor para impedir que el Fuenlabrada rompiese el partido desde el primer cuarto y adelante Larragán con un triple y una asistencia a Barnes -que lograba sus primeros puntos- se zanjaba el periodo con un esperanzador 13-17. El estadounidense era vigilado de forma extrema y por fuera los puntos sólo llegaban en forma de lento goteo. Y atrás las cosas eran muy complejas porque el Fuenlabrada exhibía que recursos para atacar eran inagotables. Jareño intentó paliar los problemas en el rebote -Fuenlabrada se fue con 41 por 35 de León- con López Valera y el equipo empezó a poder correr lo que le faclitó la anotación. Pero el Fuenlabrada salvó un primer bache con un parcial de 0-6 aunque con la llegada de sus rotaciones perdió bastantes enteros a la hora de mantener sus buenos porcentajes iniciales. León iba apretando poco a poco el tanteador y con un parcial de 7-0 se puso arriba (28-27) aunque otro empujón del rival le puso arriba (28-32) a falta de un único segundo. Y como era una noche para el espectáculo, la tensión y la emoción Barnes anotó un inexplicable triple desde el centro del campo lanzado como si fuese un futbolista sacando de banda. Esa jugada antes de acudir al descanso propició que León saliese uno abajo (31-32) y tras un intercambio de canastas inicial aplicó al rival un parcial de 12-1 (47-38) gracias a que su catálogo defensivo daba frutos. El equipo había apretado los dientes atrás y al Fuenlabrada cada vez le era más complejo anotar. Y llegó una guerra de zonas porque el rival veía que los tiradores de León no estaban especialmente inspirados, lo que le sirvió para acercarse y cerrar el cuarto con cinco puntos de desventaja (50-45). Al periodo definitivo el Fuenlabrada llegó con problemas de faltas fruto de defensa al límite por lo que tenía a hombres importantes en el banquillo. La tensión se agudizaba en cada jugada y Jareño movía al banquillo para dosificar las fuerzas y permitir a sus jugadores tomar oxígeno. La permisividad arbitral llevó hacia un momento de auténtica batalla sobre la pista por lo que se hizo necesario un tiempo muerto para templar los ánimos. León tenía siete puntos de ventaja (60-53) y 4:23 por jugar. Todo un mundo. Y al repasar los parciales León fue capaz de ganar el partido con sólo dos puntos más (62) por lo que la consecuencia es clara. Consiguió el triunfo atrás, al defender bien su aro, y en pleno momento de sufrimiento porque varias cuestionadas decisiones arbitrales no las encajó bien. Pero apretó los dientes y aunque falló la mayoría de sus ataques frenó los del rival y en los últimos instante peleó sin cansancio para impedir al Fuenlabrada anotar una canasta que había cambido el signo del partido. Fue agónico, pero la grada supo premiarlo.