El Valencia gana en Mestalla en un partido falto de chispa (3-1)
Los de Antonio López afianzan ante el Getafe su recuperación
El Valencia, sin hacer un gran partido, derrotó al Getafe en el estadio de Mestalla y en plena celebración fallera, en un encuentro en el que el equipo madrileño se mostró arropado y bien armado hasta que recibió el primer gol a la media hora de partido y en el que los locales dieron un nuevo paso adelante en la línea de recuperación mostrada tras la llegada de Antonio López a su banquillo. Ni uno ni otro equipo hizo vibrar al público, lo que unido a la ventaja cobrada por el Valencia en el marcador, convirtió al encuentro en uno de los menos interesantes vistos esta campaña en Mestalla, aunque el marcador hizo justicia al potencial mostrado por ambos conjuntos. A pesar de la cantidad de tantos, el partido, queda dicho, no fue bueno, se contagió del ambiente del día de la resaca fallera que vivía la ciudad, pero el Valencia puso su grano de arena en el final de la fiesta al saber aprovechar sus ocasiones, mientras que el Getafe tuvo su primera clara opción de gol en el tanto marcado por Pernía en el minuto 79. La primera media hora del partido estuvo marcada por la iniciativa que en el juego llevó el Valencia ante un rival con las ideas claras, que parecía sentirse cómodo con las líneas agrupadas y sólidas, sin que le importara el control territorial de su oponente. Las llegadas del Getafe eran escasas, pero bien trabajadas, aunque el que de verdad marcaba el ritmo del encuentro era el Valencia, más a base de controlar el balón que de frecuentar con peligro la meta de Aragoneses. Se trataba, pues, de un partido frío y táctico, más bien aburrido, que cambió en tan sólo cuatro minutos, en dos acciones aisladas, en las que el Valencia marcó un par de tantos, uno en un remate de Rufete en el que el balón rebotó en Pernía antes de entrar y el segundo en una contra de tres frente a uno que resolvió Di Vaio. Un Getafe más vivo El partido tampoco entró alegre en el segundo tiempo, pero el Getafe tuvo más el balón y llevó la iniciativa ante un Valencia que esperaba asestar el golpe definitivo al contragolpe. Un penalti de Aragoneses sobre Aimar despertó de la siesta al respetable y Mista sentenció el encuentro con el tercer tanto valencianista. Cuando daba la impresión de que el encuentro ya estaba resuelto, un potente disparo lejano de Pernía puso el 3-1 en el marcador y metió un cierto miedo en el cuerpo del Valencia, un equipo que no anda últimamente precisamente sobrado de moral. A partir de ese momento, tan sólo imprecisiones por ambos conjuntos, faltas constantes, balones largos y muy poco fútbol, circunstancias que se vieron condicionadas, entre otros factores, por la sustitución de Pablo Aimar y que llevaron el encuentro hacia su conclusión con la sensación del deber cumplido por parte local y sin nada que objetar a la derrota por la visitante.