La deshidratación frena la euforia
La avería en el dispositivo para beber en carrera hizo sufrir un calvario a Alonso en el podio
Fernando Alonso sufrió ayer más en el podio del circuito de Sepang, que durante las 56 vueltas del Gran Premio de Malasia, al terminar deshidratado por el esfuerzo, el fuerte calor, 37 grados centígrados, y la avería del dispositivo para poder beber durante la carrera. Alonso, que se había bajado sin problemas del coche, hace dos años cuando finalizó tercero tuvo que ser ayudado a salir ya que además había corrido con fiebre, tras saludar subido al coche y abrazarse al director del equipo Renault el italiano Flavio Briatore, subió al podio. Alonso sufrió una bajada de tensión y cuando sonaba el himno de España se inclinó hacia adelante y puso sus manos en las rodillas. Con La Marsellesa, himno del país del constructor, ya ni siquiera podía tenerse en pie y se puso en cuclillas, así aguantó, a duras penas, hasta que llegó el momento de que el primer ministro de Malasia le entregara el trofeo de vencedor. La tradicional ceremonia del rociado de champán en esta ocasión quedó reducida al mínimo, porque Alonso no podía con la botella.