Cerrar
Publicado por
MARRO
León

Creado:

Actualizado:

TAL COMO ANTICIPÁBAMOS ayer, continuamos ocupándonos hoy de las declaraciones del ex gobernador civil de León Arsenio Lope Huerta, que recogía este periódico el pasado jueves. Tan sólo ejerció 15 meses, años 89 y 90, pero constituyó periodo suficiente para alcanzar un compromiso vital con esta tierra; para concertar con sus raíces. Raíces que, después de dejar León, seguían tirando de él para veraniegamente acampar a la vera del Porma -y neutralmente- entre la Ribera y la Montaña (Lugán, Boñar...). Y es que esas esencias leonesas y el aporte de su espíritu deportivo como destacado jugador de baloncesto que fue, le hicieron sintonizar de modo muy especial con la lucha leonesa. Como aficionado pero también como gestor político en su momento. A todo ello se refiere, y lo aborda desinhibidamente, en el transcurso de sus declaraciones. Pues vamos ya con las reflexiones postreras de Lope Huerta en esa clave luchísticoleonesa, extraídas de la parte final de la reseñada entrevista. «Es que además por parte de los organismos centrales, el entonces Consejo Superior de Deportes (CSD) todo fue absoluta receptividad hacia el objetivo común de lograr que la Federación de Lucha Leonesa no quedase en entelequia. (...) Por supuesto que habría que intentar de nuevo el reconocimiento oficial, nacional, universal y olímpico. Y el primer paso sería la consecución de una Federación propia, homologable a la de cualquier otro deporte y a la manera en que los canarios disponen de su propia Federación de Lucha Canaria». «Lo leonés no está exento hoy de buenos padrinos. Decir que León está de moda puede parecer una frivolidad. Pero no es menos cierto que el Gobierno de España está presidido por un hombre de esa tierra y que otro ministro de ese Gobierno se crió a la orilla del Bernesga. Junto a ellos gran cantidad de mujeres y hombres de la política, de las letras, de los negocios y del deporte no son ajenos a los anhelos de los leoneses. Hay que aprovechar la ocasión y Madrid 2012 es una de ellas: acaso la mejor pro su proximidad y por estar aún por definir algunas de las nuevas competiciones que ha de albergar (...) León ha sabido siempre luchar por sus intereses. Debe seguir haciéndolo. Me consta que lo hace ¿Existiría la lucha leonesa si fuera otro su carácter?». Como se desprende, Lope Huertas también se pronuncia en la línea en la que titulamos. Efectivamente, bien se peude concluir que ahora o nunca. Si al fin se confirmarse la candidatura olímpica de Madrid 2012, sería muy triste que la lucha perdiese ese tren olímpico de su presencia en la misma (al menos como deporte invitado o de exhibición) y como ya perdió el de Barcelona 92. Triste desencanto habría de ser, pero superable. Mientras que lo que cada vez tiene más visos de irreparable sería perder la oportunidad actual de enganchar la lucha leonesa a su propia Federación del máximo rango y quedar descolgados a perpetuidad. Cuando se están dando las circunstancias óptimas para su abordaje. Ahora o nunca. Sobre todo por el «momento político»... Y sus connotaciones más o menos políticas. Reproducimos lo que al respecto apercibíamos el 5 de enero pasado: «Nuevo equipo federativo (propugnado equipo «gestor de gestiones») y un León que se supone ha de contar con tantos valedores políticos. Política nacional aparte, un secretario provincial del partido gobernante, Miguel Martínez, que como alcalde de San Andrés se ha venido mostrando sensibilizando con la lucha leonesa.; un concejal de deportes del Ayuntamiento de León, Rodríguez de Francisco, cuya identificación con una reivindicación tan cargada de futuro y de leonesidad ha de darse por descontado; un diputado de Deportes, Enrique Gil, curtido en estas lides de impulsar proyección para el deporte leonés... Pero el primer impulso y la coordinación general ha de corresponder a la «gestión del gestor» federativo. De la actual Federación Territorial o Autonómica de Lucha ha de partir el proceso que conduzca, con rango nacional, a una Federación. Propia y nacional. Gestión por prioridades... En el cierre de esta columna, como en el cierre de la de hace dos meses y medio, apercibimiento en el que nos ratificamos. Con el añadido del «ahora... o nunca».