Ademar sepulta en Cantabria las pocas opciones de liga que tenía (28-28)

Después de la dolorosa derrota ante el Valladolid el Ademar León necesitaba reponerse y lograr un triunfo que recuperara su autoestima y le reforzara de cara al importante partido de Recopa del próximo sábado ante el Izvidac Ljubuski. No pudo lograr su objetivo el equipo leonés, que cedió un empate frustrante en un partido que tuvo controlado y que no supo rematar. El Ademar, que atraviesa una evidente crisis de juego enterró ayer en Cantabria sus escasas opciones de cara al título de liga. Y es que, a estas alturas de temporada, un equipo que aspira a estar entre los mejores no puede sumar sólo un punto en los dos últimos partidos. Los leoneses deberán ahora centrarse en la Recopa de Europa -competición donde sí tienen serias opciones- y en conseguir al menos el tercer puesto para disputar la Copa de Europa. El partido comenzó muy igualado, tratándose de tú a tú los dos equipos, con Ademar llevando la iniciativa en el marcador. El primer tiempo se caracterizó por tener mucho ritmo y por tener un alto nivel de calidad. Pasando los minutos el Teka cometía más errores en ataque y el Ademar se sentía más cómodo para proteger su ventaja en el marcador, demostrando tener más recursos que el equipo cántabro. Mediada la primera parte, el Teka se puso por delante en el marcador (11-10) en el minuto once y en ese momento Manolo Cadenas pidió un tiempo muerto para evitar que el Teka agrandase su ventaja, pero varios fallos en los lanzamientos en el equipo leonés y las buenas intervenciones de Jordi Núñez impidieron que el Ademar pudiera volver a mandar en el marcador. Santiago Urdiales se mostró infalible desde el punto de penalti y materializó sus tres lanzamientos, mientras que en el Ademar, Kjelling y Morros fueron los que asumieron la responsabilidad atacante. En la reanudación, una salida fulgurante del Ademar le puso por delante con dos goles a favor después de un contundente parcial de 0/4. El Teka se fue del partido, su defensa fue inexistente y de nuevo Jordi Núñez fue el único que evitó una debacle mayor de los cántabros. El Ademar, sin embargo, con transiciones rápidas y un juego que abrió por los extremos, perdonó la posibilidad de sentenciar a un rival apocado y que lo estaba pasando mal, sobre todo porque sus desajustes defensivos daban al equipo de Cadenas muchas opciones de lanzamiento, aunque se echaba de menos una mayor participación de Vatne y de Metlicic. El equipo de Cadenas se hizo dueño del partido y Urdiales tuvo que pedir tiempo muerto para echar una reprimenda a sus jugadores y pedirles que se centraran. Poco a poco el Teka mejoró en defensa y se metió en el partido, aunque el Ademar fue más fuerte en el contraataque y superó la débil defensa de los cántabros. Estaba el encuentro roto y el Teka sobrevivía gracias a los golpes de genio de Benamor y Milosajevic. El Ademar quería llevarse el triunfo pero se encontró con la inesperada y tenaz resistencia de los locales, que equilibraron el partido aprovechando también que al Ademar le faltó acierto y mayor determinación para superar el cuerpo a cuerpo con los cántabros. El partido se decidió en los últimos cinco minutos, en los que se vio la máxima intensidad, con los dos equipos entregados. El Teka forzó el empate a veintiocho a dos minutos para el final, tiempo en el que se impusieron claramente las defensas sobre los tiradores. Prueba de ello es que durante este tiempo el marcador ya no se movería hasta el bocinazo final. Ya fuera de tiempo, hubo un lanzamiento que falló Kjelling y que habría dado la victoria a los leoneses después de que, con el reloj parado, el árbitro hubiera invalidado su primer lanzamiento, que sí entró en la portería, al adelantarse el griego Jalkidis, al que excluyó. Fue una polémica acción que podría haber dado la victoria al Ademar pero que no empaña sus carencias ni el mérito del Teka.