León renace en Ourense aunque vuelve a sufrir en exceso al final

León logró reencontrarse con la victoria en la pista del Ourense en un partido que dominó desde el arranque pero en el que volvió a sufrir en el último cuarto. El equipo no tuvo un buen arranque lo que obligó a Jareño a pedir su primer tiempo muerto poco después del primer minuto de juego ya que la primera canasta leonesa no llegó hasta el quinto intento, en forma de triple de Larragán que palió la desventaja inicial de 7-0. Nelson, que junto a Poe debutaba en el conjunto local en casa, anotó seguidamente su única canasta en juego en el primer cuarto para dar paso a cinco puntos consecutivos de Jeffer que ya estrecharon el marcador a un 9-8. Cuatro minutos largos quedaban cuando el Ourense cometió la cuarta falta de equipo de manera que el León dispuso de tiros libres en cada falta personal. La primera ventaja leonesa llegó después de un tiro cómodo de Barnes, si bien un triple de Bernabé volvió a poner por delante a los locales, 14-12, en lo que fue su penúltima ventaja. León empezó a defender en zona y descubrió con ello todas las carencias en el juego exterior del Ourense. Con todo la segunda falta personal de Barnes que le mandó directamente al banquillo y ya no volvió hasta el segundo tiempo, y la segunda de Higgins parecieron poner en problemas el juego interior del León que mantuvo ya la delantera, bien es cierto que con ventajas que ya nunca pasaron de los 3 puntos. Ángel Navarro, entrenador local, buscó alternativas y optó por poner a Bustamante en cancha y jugar con dos bases, pero no le salió demasiado bien y justo sobre la bocina llegó el 19-20 con el que acabó el primer cuarto. El segundo periodo ya supuso el primer estirón del León, que inició con una canasta de Panadero que situaba un 19-22. La defensa leonesa se cerró sobre Write y provocó los lanzamientos, principalmente triples del Ourense con muy mal resultado para los gallegos. Una canasta de tres puntos de Jeffers amplió la diferencia a seis puntos, que sumada a una de dos de Panadero supuso el 21-29 y el inevitable tiempo muerto local. No le sirvió de mucho a los gallegos, que encajaron un nuevo triple, esta vez de Rivero, que sumado una canasta de Higgins más tiro adicional supuso el 21-35 después de un parcial de 0-13. Un ex jugador del León, Sony Vázquez cometía la tercera falta cuando faltaban cuatro minutos y una canasta de Panadero establecía la máxima diferencia de 17 puntos (23-40), aunque el Ourense renació con dos triples consecutivos de Melson por lo que al descanso el resultado era de 31-44. Con el tercer cuarto llegó el penúltimo arreón del Ourense, que salió en tromba y bajó la desventaja de los diez puntos, aunque León se rehizo con un triple de rivero, secundado por Higgins bajo el aro para devolver la renta a los tres puntos. El equipo de Jareño jugaba con comodidad, con ventajas que oscilaban entre 13 y 15 puntos y el único contratiempo en este tiempo fue la lesión de Jeffers, que posteriormente volvería a la cancha. Con todo, la excesiva relajación visitante provocó que los gallegos fueran poco a poco acercándose y, en pleno desconcierto, Larragán cometió falta en ataque -su cuarta personal- y en la última posesión, un triple de Sony Vázquez a tablero sobre la bocina dejó el marcador en un 51-57. El arranque del último cuarto volvió a situar sobre la cancha a un Léon dominador e intimidador que rápidamente volvió a poner tierra de por medio. León jugó mucho con Barnes y ni siquiera los dos contra uno que Navarro planteó sobre él sirvieron para nada. Y cuando éste estaba muy tapado, apareció Panadero con su lanzamiento exterior. Al Ourense le lastraban las faltas de sus principales jugadores -Write, Sony y Bernabé-, y el base se retiró con cinco. Rivero estableció el 56-71 que parecía casi definitivo, pero en un visto y no visto el Ourense sumó un parcial de 12-1 que le metió plenamente en el partido. León tembló de nuevo en otro final y el rival perdió a Sony, y ahí sus últimas opciones. El equipo de Jareño palió el temporal y consiguió abrir una renta al final que maquilló unos momentos de incertidumbre porque de nuevo alguien miró al vestuario antes de tiempo.