Diario de León

Tiger Woods resucita en Augusta y se viste la chaqueta verde

Se adjudicó el torneo por cuarta vez tras otra exhibición y recupera el número uno mundial

Blanco, primero por la derecha, ya fue tercero en la copa de España

Blanco, primero por la derecha, ya fue tercero en la copa de España

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Antonio TomásO. Marrón - augustaefe | madridleón
León

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El rey Tiger Woods venció nuevamente en el Augusta National, el campo más emblemático del golf, con 29 años y por cuarta vez en su carrera después de una nueva exhibición de sus poderes mental, físico y técnico, entre la robótica y la genialidad, aunque tras derrotar a Chris Di Marco en el primer hoyo del su primer desempate en este campo. El zurdo Phil Mickelson colocó la Chaqueta Verde a Tiger, la cuarta que consigue enfundarse -las anteriores en 1997, 2001 y 2002-. La instantánea constituye todo un símbolo. Phil osaba ocupar por más tiempo el lugar que ocupaba Woods, al igual que Vijay Singh o Els. Pero Tiger y su figura han resucitado. El estadounidense, a los 29 años, aumenta a nueve los torneos de Grand Slam conquistados, recupera el dorsal número uno del mundo, quiebra una racha de más de casi tres años sin ganar un «grande» y se embolsa 1.260.000 dólares por el triunfo. Tiger puede presumir de que nadie en la historia de este deporte ha ganado a los 29 años cuatro Masters. Ni siquiera Jack Nicklaus, que ganó seis veces en Augusta, a quien su cuarto triunfo le llegó con 32 años. Woods, con cuatro Masters y ocho «grandes», suma ya una cifra subrayada en la historia del deporte mundial, como los seis tours de Lance Armstrong y los cinco de Indurain, los siete mundiales de Michael Schumacher, los cinco títulos mundiales de la selección de Brasil de fútbol o las siete medallas de oro olímpicas de su compatriota Mark Spitz, entre otras grandes gestas acumuladas. El deportista mejor pagado del mundo demostró el porqué de esa condición en un domingo de competición que comenzó a las 8 de la mañana y que terminó casi 12 horas después. A pleno sol y ante un digno combatiente que hizo un golf casi perfecto como Di Marco, Tiger se volvió a recubrir de gloria. El largo domingo para Tiger en Augusta tuvo tres partes. La primera y fundamental fue de demolición, que se resumió en 9 hoyos tempranos para dar por concluida la tercera vuelta, en donde dejó «tocado» al líder entonces, Chris Di Marco. La segunda se resumió en pura estrategia, basada en la contención de sus cuatro golpes de renta, en la ronda definitiva, aunque Di Marco atacó hasta el final con fiereza para igualar a Tiger en el último hoyo. Nunca pierde si sale líder Tiger nunca había perdido un «grande» partiendo desde el liderato, y la estadística no se modificará por el momento. Tampoco la relación de desempates que ha disputado, pues éste era el duodécimo de su carrera, primero en Augusta y segundo en un «Grande», con tan sólo dos derrotas. La tercera y última etapa se ciñó al desempate, en donde Tiger embocó un «putt» largo de cuatro metros para «birdie» y dio por concluido el litigio. Di Marco se batió con entereza y excelente golf frente a Tiger. El neoyorquino, de 36 años, le recortó tres golpes a Tiger desde el cuarto hoyo al undécimo, para ofrecer poco más de una hora de chispa al duelo, y luego se acercó otra vez a un golpe en el agujero número 14. Miguel Angel Jiménez, el único español superviviente en el torneo, terminó en el puesto trigésimo primero.

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