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MARTÍN
León

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AÚN CON EL peso negativo del pírrico empate de la Cultural en Sestao, el balance de la jornada puede considerarse no sólo bueno, sino muy bueno adjetivándolo superlativamente. La clasificación de Caja España Ademar para disputar la final de la Recopa, rubricada con una victoria incuestionable en tierra bosnia, más el excelente triunfo de Baloncesto León en Orense, en partido importante con trascendencia para la clasificación final de la fase regular, lo justifican totalmente. Ademar, poniendo en liza todo su potencial ofensivo, no dio lugar a la sorpresa. La sombra del Celje -aquella ventaja de trece goles desperdiciada- tuvo una incidencia total en la forma de afrontar el partido de vuelta, orillando un tanto la defensa y pasando a intercambiar golpes, como el boxeador valiente, sabedor de su caudal ofensivo, que no se reserva para buscar el golpe definitivo del K.O. sino que lo busca por el camino sereno, meditado, estudiado y lo pone en práctica. Contó tal estrategia, es cierto, con el día iluminado del genial Kjelling -capaz de lo mejor y de lo menos bueno- en arrollador poderío goleador; el Kjelling genial, que irrumpió en las filas ademaristas llegado de las frías tierras nórdicas, al que en ocasiones hemos visto confuso en el empeño de ajustarse a tácticas, estrategias y labor de equipo. Cuando el marcador supera los treinta goles en el casillero ademarista es muy difícil, casi imposible, ganarle y así fue. Siete goles de diferencia aquí y cinco allí rubricaron una victoria indiscutible. Ademar en la final, buscando el título de la temporada, contra viento y marea, ese viento de un calendario que le hace jugar el miércoles contra el Bidasoa sin tiempo para la recuperación. Baloncesto León venció contundente, concluyentemente al Orense, en un partido difícil por cuanto los orensanos están buscando «agarrarse» a la tabla salvadora de la permanencia. Un triunfo que puede cimentar la estancia entre los cuatro primeros en la disputa del playoff. La Cultural puso, con su empate logrado en el último suspiro del partido de penalti, el lastre para que la jornada no fuera redonda. Un empate que deja ya prácticamente nulas las posibilidades de estar en la fase de ascenso. Por lo pronto los responsables tendrán que revisar su estrategia que, en el orden deportivo -y para la presente temporada- debe centrarse esencialmente en lograr un puesto para estar presentes en la Copa del Rey; con visión de futuro, pensando y laborando ya en base a la temporada venidera.