Una lluvia de bengalas paraliza el derbi en Milán en el minuto 71 (0-1)

La eliminatoria italiana, virtualmente resuelta a favor del Milan, quizás tenga que terminar a puerta cerrada, porque el vergonzoso comportamiento de los tifossi del Inter impidió que se jugasen los 90 minutos de un partido de vuelta en el que hubo graves incidentes de público. En el minuto 71 el portero del Milan, Dida, fue alcanzado en el hombro por una bengala durante el masivo lanzamiento que se produjo tras un gol anulado a Cambiasso y que obligó al árbitro a suspender el partido por primera vez. Los jugadores de ambos equipos, salvo el lesionado Dida, volvieron al campo casi media hora después para disputar los últimos minutos, pero resultó imposible, porque continuaron cayendo bengalas encendidas sobre el área del Milan y a Markus Merk no le quedó otro remedio que suspender el encuentro definitivamente sin que se pudiesen disputar ni dos minutos más. Al decadente Inter le va a costar carísima su eliminatoria contra su eterno rival, porque aparte de la despedida europea sufrirá un castigo ejemplar y merecido por parte de la Uefa, por permitir que sus aficionados entren en San Siro cargados de bengalas y nadie pueda impedir que las lancen al terreno de juego cuando deseen, poniendo en peligro incluso la vida de los futbolistas. Fue la infame manera de los tifossi de responder a la impotencia de su equipo sobre el terreno de juego ante un rival muy superior y a una decisión arbitral que evitó el empate a uno que seguro que tampoco habría servido de nada. Si en Roma el árbitro Anders Frisk quien fue herido en la cabeza por un mechero, en Milán le tocó a Dida, con una bengala que a punto estuvo de alcanzar su cara o su cabeza. A la espera de la decisión de la Uefa, el Inter ya no estará en las semifinales de la Champions, porque el Milan apenas tuvo ocasiones, pero un golazo de Shevchenko a la media hora zanjó la eliminatoria.