Brasil pide un castigo duro para el jugador del Quilmes detenido por racismo

Grupos sociales, policía, prensa, dirigentes y hasta el gobierno de Brasil han pedido un «castigo ejemplar» para el argentino Leonardo Desábato (Quilmes), acusado de insultos racistas contra su colega Grafite (Sao Paulo), mostrado como un nuevo caso de la intolerancia racial que ya afecta a muchos futbolistas negros en Europa. Desábato llamó «negro» a Grafite y en Brasil el delito de racismo contempla duras condenas, de entre uno y tres años de prisión. Desábato se encontraba ayer detenido en un centro penitenciario paulista y la justicia brasileña impuso al jugador una fianza de 10.000 reales (3.879 dólares) para ser puesto en libertad, aunque no podrá abandonar el país. Grafite aseguró que no pensaba retirar la denuncia y que quería llegar hasta el final del caso. El presidente de la Confederación Sudamericana, Nicolás Leoz, visitó a Desábato y anunció que «no jugará más la Copa Libertadores». Leoz lamentó el incidente y reiteró que la CSF está decidida a luchar contra el racismo en el fútbol.