Diario de León

León recupera su mejor defensa y deja al Plasencia en 49 puntos

El total dominio en la pintura ante un rival sin tiro exterior permitió ventajas muy amplias

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José Luis Bermejo - plasencia
León

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León consiguió ayer una victoria de mucho mérito, ante una de las mejores defensas de la liga y en una complicada cancha gracias a que dejó al rival en tan sólo 49 puntos, para complicarle su acceso a los play-ff. La primera parte fue para las defensas, con un balance especialmente pobre en el tanteador. El inicio del primer cuarto fue muy igualado, ya que ninguno de los dos equipos logró una renta superior a los dos puntos. El equipo leonés intentaba imponer su ritmo de partido, pero no lo conseguía ante la trabajada defensa pacense, empeñada en lavar la cara de su triste bagaje ofensivo. Así, los minutos iban corriendo y ninguno de los dos conjuntos encontraba su mejor nivel anotador. Tan sólo en el último minuto, el León consiguió un parcial de 0-4 para irse con dos puntos al primer parón (10'-12). Muchas pérdidas de balón en este cuarto por ambos conjuntos, que delataban la intensa tensión que se vivía en la pista. La tónica del segundo cuarto varió un poco, pero más que por el buen juego de León, por el poco acierto del equipo local, que fallaba tanto en los lanzamientos de dos como en los tiros libres -los primeros cuatro lanzamientos desde la línea de personal fueron errados por el Plasencia-, que en los primeros cuatro minutos sólo habían anotado dos canastas de dos puntos. León, por su parte, prácticamente sin esfuerzo y dejándose llevar por la inercia del partido, iba consiguiendo anotaciones para marcar diferencias que llegaron a ser de hasta nueve puntos a falta de 2:48, con unos guarismos en el electrónico de 19-28. El resultado que señalaba el marcador al descanso de 21-28 podía hacer pensar que se producía como consecuencia de las buenas defensas. La segunda parte resultaría un coser y cantar para el León, ante un Plasencia que se deshinchó completamente, pese al apoyo incondicional de su afición. El conjunto visitante hizo lo que quiso, anotaba con más facilidad que en la primera mitad, sobre todo un inspirado Higgins, que vio truncado su buen momento en el partido al cometer su cuarta falta personal. El americano hizo hasta entonces un gran partido, tanto en defensa como en ataque. El Plasencia se mostraba cómo un equipo muy inocente, incapaz de encontrar la manera de romper la defensa leonesa. La falta de recursos de los cacereños se hacía más y más grande con el paso de los minutos. Así, León fue aumentando la ventaja en el marcador. La defensa de León, a un nivel muy alto en el tercer parcial, dejó al Plasencia en unos pírricos 10 puntos. (31-47), mientras Jeffers se encontraba cada vez más cómodo en el ataque, haciendo mucha mella a un ya muy mermado Plasencia, que veía cómo se le iba escapaba el encuentro. Así, al final del tercer parcial el marcador era ya prácticamente insalvable para los intereses locales, con 16 puntos de desventaja (31-47). Si el tercer cuarto fue dominado de cabo a rabo por los leoneses, el último parcial fue ya de mero trámite. León seguía encomendándose a su defensa en zona, que Plasencia seguía sin saber atacar, ni por fuera, con unos porcentajes bajísimos en el tiro desde más allá de los 6,25, ni en la pintura, donde los pivots leoneses eran ya dueños y señores del rebote y, además, gozaban de mayor poder de intimidación sobre los rivales. Además de la aportación anotadora y reboteadora de sus extranjeros, el León encontró en Plasencia un inesperado tándem que se erigió en un auténtico seguro para los intereses visitantes. Fue en la dirección de juego, dónde Larragán y Rivero, alternándose con éxito durante prácticamente todo el partido, dieron toda una lección a la hora de imponer un tempo de juego adecuado y saber mover el equipo de la mejor manera posible en cada acción ofensiva. Mediado el último cuarto, Plasencia ya había tirado la toalla definitivamente, harto de comprobar que el de ayer no era su día en ataque. Las diferencias seguían aumentando hasta llegar a una máxima de 24 puntos (41-65, min 39). Dani García se sumó a la fiesta leonesa anotando once puntos, mientras que Jeffers seguía sumando con más facilidad de la esperada. Al final, la victoria por 49-66 del León fue un claro reflejo de lo acontecido en el encuentro, dónde el nulo acierto de los extremeños acabó condenándolos ante un León que se consolida en la parte alta de la clasificación, con la tercera posición en su mano si gana el sábado en el Palacio de Deportes al Melilla.

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