El trazado de Shangai responde a lo que se espera para el nuevo siglo

El Mundial llega con curiosidad y expectación al circuito de Shangai, situado a 30 kilómetros de la populosa ciudad china que cuenta con 17 millones de habitantes. Para este histórico primer evento en un país en el que todo parece contarse por millones, se han trasladado 260.000 kilos de material en cinco aviones, dos de ellos fletados especialmente desde Ámsterdam y Milán. Tras superar farragosos trámites burocráticos para llegar hasta el gigante asiático, donde se venden, por cierto, más de 16 millones de motocicletas al año, la colonia mundialista se ha encontrado con un tráfico caótico en el que la única defensa es la obligatoriedad de contratar vehículos con conductores locales. Pero en su mayoría sólo hablan chino y la dificultad de comunicación está poniendo el dato anecdótico a cada jornada. Todo esto aderezado por el calor y una humedad que recuerdan a las condiciones que se viven en el Gran Premio de Malasia. En lo que hace referencia al circuito todo es impecable. Tiene capacidad para 200.000 espectadores, destacando la tribuna de la recta de meta que puede albergar a 30.000 personas que pueden seguir con la vista el 80% del trazado. La longitud de la pista es cercana a los 5,5 kilómetros con dos rectas muy rápidas donde se espera que las motos superen los 320 km/h. Además consta de una serie de curvas ajustadas, incluyendo dos largas de derechas y un giro.