Diario de León

Pero, ¿Se cambió realmente de Federación?

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MARRO
León

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A ESTAS alturas «de la legislatura», superados ampliamente esos cien días de gracia, se ha de empezar a llamar a las luchísticas cosas por su nombre y sin eufemismos; a calificar a las acciones -e inacciones- con crudeza analítica, que eso es precisamente ejercer de crítico. Obviamente con los humanos riesgos de subjetividad. Que ya dejó dicho el clásico lo de «si fuera objeto sería objetivo, como soy sujeto he de ser subjetivo». Pero, eso sí, sin complejo de conciencia crítica, ni síndrome de cascarrabias o de mosca cojonera; al tiempo que procuramos huir de todo atisbo de tentación demagógica y cainita. Pues arrancamos rematando la columna de la semana pasada «Lucha de Base y Clubes». ¿Y de cara a la temporada de verano para la competición infantil y juvenil? ¿Más de lo mismo como la liga por equipo de invierno? Lo que más nos desconcierta es que entre los nuevos directivos hay gente que conoce muy bien -porque lo ha estudiado y contrastado- este terreno y sabe por dónde habrían de ir los tiros con sentido de futuro. Y para ese Clubes y Lucha de Base son pilares, eso básicos. La Cantera y la competición por equipos -comarcales y con sentido de Club en toda su extensión- constituyen dos de las asignaturas pendientes y precisamente sobre las cuales la L.L. -reiteramos- se juega sus posibilidades de supervivencia. De no afrontar con decisión y responsabilidad la superación de estos suspensos, estaremos ante una «repetición de curso» federativo. Pues bien contemplando con una perspectiva general, tal parece como si las únicas expectativas que se vislumbran se circunscribiesen a los preparativos folklóricoceltas y que tanto parece fascinar -a falta de otros retos fascinadores- al órgano federativo: al nuevo y al anterior. Nos decía un aficionado que, tras presenciar algún corro de la Liga por Equipos y el individual del pasado 23 (bajo el embaucador slogan de la Junta» 23 de abril nuestro día»), su conclusión era del mismo tono gris del año pasado; y el anterior, y el anterior... «Es como si la Federación no hubiese cambiado realmente y todo en la L.L. siguiese igual» concluía. A nivel competitivo, arbitral, puesta en escena, difusión mediática... y a todos los niveles, los alardes se quedaron en declaraciones empíricas a la manera de llegar a un mecenazgo vía «emigrante americano». Sólo que al final se acabará por mantener el patrocinio repetitivo e inadecuado por razones obvias- para la liga de verano. Lo que no tiene trazas de llegar es un mecenazgo en la línea que para otros frentes deportivos se promueve desde la concejalía de Deportes del Ayuntamiento, que, por cierto, sigue ninguneando a la L.L. a favor de los «deportes de escaparate» y de ring y de motor... (de tan enorme arraigo y tradición en León). Un mecenazgo, por ejemplo, que ni vía Lagun Air, ni Agelco, ni «Empresarios Leoneses S.A.»: a pesar de figurar como cabezas visibles gentes no del todo desvinculadas con la Lucha Leonesa como Antonio García de Celis con sus raíces en el luchístico Villaquilambre o Santos Llamas (Fundación Carriegos/Robledo de Torío) casada con una hija del recientemente fallecido «Molinero de Carbajosa» Elías Álvarez. O la esperanza burbujeante y vaporosa -¿evaporada?- de la nueva generación mexicana Porma abajo (de Vegaquemada a Cerezales) o el engorde vacuno Esla arriba (Crémenes/Carnes del Esla). Todo lo que no sea mecenazgo, patrocinio integral, son apaños e «hipotecas alucheras». El continuismo del más de lo mismo, para cuyo viaje no hacían falta las alforjas del relevo federativo. Porque a tenor de lo que se ve, y sobre todo de lo que no se ve ¿se cambió realmente de federación? ¿Es una realidad el cambio... o una ficción? Al hilo musical, monumento de la L.L. a trasladar frente al Palacio de Deportes (o por mejor nombre «Palacio de la Lucha Leonesa») y una calle en la capital para la L.L. El desentendimiento municipal no exime al órgano federativo para presentar en el Registro la solicitud de tal reconocimiento vial. Por su parte esperemos que el Ayuntamiento de Villaquilambre conceda el nombre de sus respectivas calles a los míticos Cayo de Celis y Felipe León, ahora que se halla en trance de «bautizar rusa» en las dos localidades receptoras.

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