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DESDE LA RED

La irresistible ascensión de Rafa

Publicado por
MIGUEL LUENGO
León

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DE RAFAEL Nadal dicen sus rivales que reúne todas las condiciones para ser el próximo número uno del mundo: fuerza mental, condición física y una envidiable capacidad para motivarse desde el primer punto. Todo quedó demostrado el domingo en el Foro Itálico, cuando solo su fe le llevó a vencer al argentino Guillermo Coria en una épica final, la más larga en la historia del torneo. Un triunfo que le ha situado a solo diez puntos del suizo Roger Federer en la Carrera de Campeones y quinto en la Lista de Entradas. El jugador acabó la temporada pasada en el puesto 46, demasiado bien después de sufrir una fractura por estrés en el tobillo el 15 de abril, durante el torneo de Estoril, que le obligó a perderse tres meses de temporada, arruinando su debut en Roland Garros y su participación en Wimbledon, donde el año anterior había dejado formidables sensaciones. Aún así, Nadal logró en Sopot el primer título de su carrera. Era el comienzo de su remontada, que remachó de forma brillantísima en Sevilla en la final de Copa Davis contra Estados Unidos, donde se convirtió en el más joven ganador en la historia de la Ensaladera. La temporada 2005 es vital para sus aspiraciones, centradas en principio en acabar entre los 25 mejores. Pero sus deseos se han ido colmando con suficiencia: cuartos de final en Doha, cuarta ronda en el Abierto de Australia, cuartos en Buenos Aires, y luego su gran explosión en la gira suramericana: dos títulos consecutivos en Costa do Sauipe (Brasil) y Acapulco (México) que le proporcionaron la confianza necesaria para sobrepasar sus objetivos. Su irrupción en los Masters Series comenzó a calibrarse en Cayo Vizcaíno, donde estuvo a sólo dos puntos de ganar el torneo ante Roger Federer. Era la premonición del gran rendimiento que iba a proporcionar en estos exquisitos torneos, de los que ha disputado ya tres finales consecutivas, con triunfo en Montecarlo, y en Roma, a los que su une la victoria para su palmarés en Barcelona. Todo ello le ha llevado a engrosar su palmarés con una formidable vitola de máximo aspirante al título en Roland Garros: 17 victorias consecutivas, 31 triunfos en tierra batida, por solo dos derrotas, la encajada en Buenos Aires ante el argentino Gastón Gaudio y en Valencia contra el ruso Igor Andreev, y una confianza ganada al vencer partido a partido. El Grand Slam Rojo parece a su alcance. El último en lograr este oficioso título fue Thomas Muster, que en 1995 y 1996 se convirtió en el último jugador capaz de ganar de forma consecutiva los torneos de Montecarlo, Barcelona y Roma. En 1995, el genial Muster también logró hacerse con Roland Garros, y completó el Grand Slam de tierra, un objetivo ahora para el manacorí, que cumplirá 19 años el próximo mes.