El Barcelona entona el alirón Ronaldinho se corona en Europa

El Barça conquistó la 17ª Liga de su historia tras empatar ante el Levante (1-1) y sumar el punto necesario para que el Real Madrid ya no le pueda atrapar al frente del liderato. Un tanto de Eto'o en la segunda mitad, a la salida de un córner peinado por Márquez, disipó cualquier duda y desató la fiesta sobre el propio césped del Ciutat de Valencia. Un estadio que vivía un ambiente festivo en los prolegómenos del encuentro. Una euforia que se trasladó de forma negativa a los jugadores de Rijkaard. Ese clima de entusiasmo tras conocer el empate del Madrid en Sevilla aceleró los biorritmos de un equipo que saltó al césped con una sobreexcitación muy peligrosa. Un estado anímico acrecentado con la actitud de un Levante que no se iba a amedrentar. Esa tensión propició un partido pasado de vueltas con demasiado juego subterráneo y muchos nervios. El Barça pagó esa aceleración con un juego obtuso. Los azulgrana se metieron de lleno en el partido planteado por el Levante. La agresividad de Congo era contestada por Gio que, a sus entradas, sumaba un claro penalti al cortar con el brazo una internada de Ettien. Era evidente que la propuesta guerrillera no favorecía en nada a los visitantes. El Levante supo templar mejor los nervios gracias a la aparición de un Rivera espléndido. Una dejada de Congo la aprovechó el ex madridista para batir a Valdés. El Barça navegaba a contracorriente con una inesperada derrota. Tras su primera gran jugada que salió lamiendo el palo de Mora, Ronaldinho cometió la estupidez de encararse con Pinillos y lanzarle un leve cabezazo, casi inapreciable, que el lateral levantino exageró. Una acción que le pudo costar al brasileño la tarjeta roja. Ronaldinho se dio cuenta de su error al instante. Un detalle que sus compañeros pasaron por alto. Deco volvía a cometer una falta innecesaria. El instante final de la primera parte esbozó una ligera brisa de esperanza en el horizonte visitante después de que Eto'o se topase con el larguero tras un centro de Oleguer. El Levante estaba aprovechando la ansiedad de su rival. Valdés atajaba un mano a mano ante Congo en el arranque de la segunda mitad. El Barça sufría su descontrol. Mientras Rijkaard intentaba corregir la posición de su equipo introduciendo a Motta, Valdés regalaba un balón a Jofre que el extremo estrellaba en el palo. Esas acciones fueron el preámbulo del tanto de Eto'o. El gol del camerunés alivió el malestar visitante. Ese cabezazo quitó de golpe y porrazo toda la excitación. El tanto relajó los ánimos del campeón. El campeonato de Liga estaba a tan sólo treinta minutos de entrar en el bolsillo del conjunto azulgrana. Media hora que pasó entre los cánticos de los seguidores visitantes y la permisividad de un Levante que estaba tocado físicamente. Todo ello contribuyó a crear un pacto tácito de no agresión ya que a los dos equipos estaban satisfechos con el empate. Un tramo final aderezado por dos impresentables que saltaron al césped. Una actitud reprochable que Puyol se encargó de censurar apartando a uno de los espontáneos. Hasta en eso el capitán azulgrana estuvo espléndido. Y eso que estaba a escasos minutos de celebrar su primer título como capitán del Barça. RONALDO DE ASSIS «Ronaldinho», el pilar en que cimentó su proyecto deportivo Joan Laporta, se ha coronado en Europa dos años después de vestirse de azulgrana y cuatro después de su llegada al Viejo Continente. Ronaldinho ha demostrado temporada tras temporada su calidad como futbolista, pero los títulos sólo los había conseguido con la selección de Brasil. El Mundial sub-17 y la Copa América se vieron redondeadas en 2002 con la consecución del Mundial absoluto, pero esos grandes éxitos habían llegado siempre con la 'canarinha'. El brasileño dio en el 2001 el salto a Francia para coronarse en Europa, pero su París Saint Germain fue un equipo sin aspiraciones reales, muy lejos del club que otrora se hizo un nombre en el fútbol. Ronaldinho no acertó con su decisión de ir al fútbol francés. El brasileño decidió cambiar de aires para llevar adelante su sueño de triunfar en Europa, ya que su palmarés desde que abandonó su país estaba inmaculado, con la pírrica excepción del triunfo obtenido en la Copa Intertoto en su segundo año en Francia. Ronaldinho fue objeto entonces del interés de grandes clubes europeos, pero Joan Laporta, que acababa de acceder a la presidencia del Barcelona, apostó por su fichaje para cerrar su denominado «círculo virtuoso», una vez frustrada la incorporación del británico David Beckham. La conmoción por el posible fichaje de David Beckham hizo ganar las elecciones a Laporta, pero el ex del París Saint Germain le ha llevado a conquistar su primera Liga, convertido en el jugador mediático que el dirigente azulgrana prometía en su proyecto.