El club logra cerrar el agujero negro de los últimos años Y llegó el delantero centro

El Barcelona cerró el agujero negro donde ha malvivido estos últimos años, al alzarse ayer con el título liguero, un éxito que hace más soportable cinco años de sinsabores, durante los cuales la entidad barcelonista ha vivido momentos convulsos, de enfrentamientos y con dos elecciones a la presidencia. Estos cinco años son el periodo más nefasto en la producción de títulos en la historia del club, pues nunca hasta entonces desde su fundación, y especialmente desde que arrancó la Liga en 1929, había cumplido un lustro sin conseguir ni un sólo título, por poco importante que fuera éste. Es cierto que en los últimos cinco años, el Barca ha conseguido tres Copas de Cataluña. El título liguero de esta noche es un punto y aparte a un lustro repleto de agitaciones en una de las entidades más peculiares y notorias de la Liga, que ha vivido la renuncia del cargo de José Luis Núñez, la llegada de su delfín (Joan Gaspart), la dimisión de éste, y la proclamación de una junta gestora (Joan Trayter), antes de la cual un directivo elevado a presidente accidental (Enric Reyna) hizo lo posible por amarrarse al poder, pero los resultados deportivos forzaron su adiós. Un nuevo viaje con Laporta El Barca da por concluida la reconstrucción de su particular «zona cero» y emprende un nuevo viaje porque al título liguero también se le suma un estado económico más saludable y unas perspectivas de crecimiento como hace años no se vislumbraban. Esta transformación tiene un nombre, Joan Laporta, uno de los enemigos de las anteriores juntas, cabeza visible de la plataforma opositora El Elefante Azul, que ganó las elecciones por mayoría absoluta y propuso un cambio radical en la entidad que ha traído, tras un acierto en la planificación deportiva, el primer título liguero para el Barca después de cinco años de travesía por el desierto. El Barcelona se hizo con un delantero centro de raza como Samuel Eto'o y con su multimillonaria contratación y el resultado final, la entidad catalana ha conseguido aprobar unas de sus asignaturas pendientes, como era la de encontrar en el mercado un ariete a la vieja usanza, es decir, un goleador. Se marchó Ronaldo en la primavera de 1996 del Barca, con 34 goles de sus botas, y el conjunto catalán ha vivido huérfano de delantero centro, a la búsqueda de un ariete. Desde entonces, el Barça ha echado manos de muchos y ha obtenido rendimientos presentables en algunos casos y decepciones en la mayoría. La búsqueda incesante concluyó con Samuel Eto'o (Mallorca) de quien el Madrid tenía la mitad de sus derechos. A pesar lo impopular en el Barcelona de beneficiar al Madrid con una inversión realizada a un tercero, y aprovechando la oportunidad de extraer 9 millones de euros en la entidad barcelonista por el traspaso de Luis García al Liverpool, el Barca dio el paso definitivo. Eto'o, veloz y atrevido, dejó clara que su apuesta había sido la acertada. Con el ánimo de vengarse del Madrid el camerunés, elegido mejor jugador de Africa, se ha convertido esta campaña en un futbolista determinante y con sus goles el Barcelona ha logrado mucho puntos.