Diario de León

Ademar toma la revancha y apea a un Portland mermado y ausente (31-27)

Los leoneses dominaron un partido que jugaron con un grado más de motivación que su rival Cadenas: «En esta ocasión fuimos nosotros los que les dominamos»

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Georgino Fernández - enviado especial | vigo
León

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Por algo se le llama el torneo del KO. Si te descuidas, no saltas a la cancha con la intensidad necesaria o encadenas una racha de fallos, tu rival te conecta un derechazo que te manda a la lona. Y adiós. O juegas bien o te vas para casa porque no hay más oportunidades. Eso es lo que le sucedió ayer al Portland San Antonio en el partido que abrió el fuego en Vigo en la Copa del Rey. Los leoneses noquearon a los navarros gracias, fundamentalmente a que en estos momentos su profundidad de banquillo es mucho mayor -el Portland está literalmente cercenado por las lesiones- y a que saltaron a la cancha con un grado más de motivación que los navarros. Ayer había un equipo -el Ademar- que vino a Galicia con la intención clara de ganar la Copa y otro -el Portland- que más bien vino con el chip de: «A ver que pasa». Y eso se notó ya desde el calentamiento. Demasiadas sonrisas y relajación en los navarros. Gesto serio y ánimos constantes unos a otros de los leoneses. Incluso durante el choque, sorprendió ver como en el banquillo jugadores como Balic o Garralda bromeaban abiertamente con Richardson como si no se jugase el pase a las semifinales. Si a esa cierta laxitud se le une que el conjunto antoniano llegó sin Jorgensen y Lubej lesionados, con Balic vestido de corto pero sin jugar ni un minuto por estar aún tocado, se comprenderá que fue conceder demasiadas ventajas al Ademar. Y el equipo leonés las aprovechó. En todo caso, los veinte primeros minutos fueron de una tremenda igualdad, las ventajas para uno u otro oscilaban en uno o dos goles a lo sumo. En esos momentos, la eliminatoria aún estaba en el aire. Sin embargo, un dato invitaba al optimismo. En el partido anterior en el Palacio de Deportes, el Ademar hizo al Portland sólo diez goles en toda la primera parte. Ayer ya llevaba esta cifra cuando sólo se llevaban doce minutos de partido. Eso quería decir una cosa bien clara: los de Cadenas estaban atacando mejor la dura defensa navarra. Y en esta faceta destacaron ayer dos jugadores especialmente, que además son los que siempre sufren los descartes: Óscar Perales y Carlos Prendes. El cántabro, con seis goles, fue el máximo realizador del equipo y le jugó con las ganas que sólo genera la rabia interior. Movió bien la bola y cuando tuvo que entrar a puerta con decisión lo hizo a pesar de llevarse en más de una ocasión las caricias de la rocosa defensa navarra, especialmente de Juancho que al final fue expulsado y llegó a encararse con Manolo Cadenas cuando este le echó en cara una fea acción. Con Kjelling en el banquillo casi todo el partido por su maltrecha espalda, Perales aportó talento ofensivo como primera línea. El pivote asturiano, por su parte, suplió con acierto a Colón, que no jugó por la lesión de su tobillo. Se entregó en defensa y en ataque supo buscarse buenas posiciones que le valieron tres goles. Al buen funcionamiento de la maquinaria del Ademar también contribuyeron ayer de forma notable Parrondo, Entrerríos y Jorge, que hizo una gran segunda parte. Enfrente, el Portland sólo oponía los lanzamientos de Garralda y la magia de Richardson. Entre los dos casi hicieron la mitad de los tantos de su equipo porque Lozano estuvo inédito. El francés sigue siendo un mago. Se marcó varios pases mirando al lado contrario que los hubiese firmado Magic Johnson. Sólo por ver algunos de ellos ya mereció la pena el partido. En la segunda mitad, al final, cuando Ademar ganaba 25-17 el Portland tuvo un arreón de raza que lo llevó a sólo cuatro goles 26-22. Fue su canto del cisne. Ademar reaccionó y se llevó el partido. Ahora, a esperar rival.

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