La Cultural, por despedirse, lo hizo hasta de la próxima Copa del Rey (1-1)

El encuentro que cerró la temporada en el estadio leonés se caracterizó por la ausencia de intensidad en el juego tanto de la Cultural como del Amurrio. Ni siquiera la posible clasificación para disputar la próxima edición de la Copa del Rey revolucionó a los culturalistas en el final de campaña. El protagonista en los prolegómenos del choque fue el entrenador del bando contrario, Íñigo Liceranzu, que se convirtió en el objetivo de las cámaras de los fotógrafos. Rocki Liceranzu liderará el próximo proyecto deportivo de la Cultural, a menos que la votación popular del consejo de administración establezca lo contrario. El encuentro significó la vuelta de Miguel Alfonso al centro de la defensa del conjunto leonés, tras cumplir los cuatro partidos de sanción. El maño, salvo que los dirigentes del club leonés digan lo contrario, se despidió ayer de la afición leonesa. Otro de los que retornó al once titular fue el catalán Ivo, para ocupar la posición de Soto en el centro del campo como mediocentro defensivo. Además, en la delantera Diego Cascón tomó el relevo de Paulino, también castigado por el Comité de Competición. Los cambios no se tradujeron en mejorías notables para el conjunto culturalista en cuanto a juego. Los vitorianos, mejor posicionados sobre el rectángulo de juego, adquirieron el manejo del balón en la zona ancha, con llegadas más peligrosas hacia las inmediaciones del área contraria. Una penetración en diagonal de Ibán Gereñu sobre Gabarain y pase atrás, propició que Urrutia inaugurara el marcador. Un gol, el del Amurrio, que dio paso a los primeros silbidos de una grada semivacía. El cuadro dirigido por Íñigo Liceranzu se adueñó de la situación en la medular, mientras que la Cultural se resignó a actuar durante muchos minutos de comparsa. Los vitorianos triangularon mejor el balón, hasta que la voluntad de los culturalistas hizo que en los últimos compases de la primera parte tomaran el dominio y el control del juego. Las ganas de algunos de los integrantes del conjunto leonés mantuvo la incertidumbre en el marcador. Dos acciones a balón parado fueron el preludio del gol del empate para los dirigidos por José Manuel Sevillano. Un minuto antes de la conclusión del primer acto, un buen servicio desde la derecha, en plena línea de fondo de Diego Cascón lo introdujo Roberto Fresnedoso en la portería de Puma. Los primeros cuarenta y cinco minutos no dieron para más. La segunda mitad, con el gol de los locales en el tiempo de descuento de la primera parte, no supuso una reacción culturalista para acabar por sentenciar el encuentro. El equipo leonés se limitó a jugar al tran tran, sin que una clasificación para la Copa de Rey hiciera despertar a los jugadores leoneses. Desde el banquillo se buscó la reacción con la retirada del campo de Roberto Fresnedoso (aplaudido desde el palco por los miembros del consejo de administración Carlos García y Dionisio Elías que se encapricharon con ficharlo) por Pepe Domingo. El interior zurdo dio más rapidez al juego por bandas de la Cultural. Con más de veinte minutos por delante, los propietarios del terreno quisieron despedirse con una victoria. Sin embargo, el Amurrio fue el que perdonó hasta tres claras ocasiones para amargar una despedida demasiado triste. «El que no se lanza no cruza el río»Íñigo Liceranzu reconoció al final del partido: «Ha habido conversaciones con la Cultural, pero mientras no se plasme algo concreto y haya un acuerdo global no hay nada. Aquí se es o no se es. Y en este momento lo único que hay son conversaciones. Hay buenas intenciones por las dos partes, pero hay que llegar a acuerdos y aquí es donde todavía estamos. La Cultural tiene posibilidades a nivel deportivo que no tienen otros. Es una capital de provincial, un proyecto importante y lo que hay que hacer es subir de categoría». Para fichar por la Cultural, Liceranzu manifestó: «Esta semana se puede saber más sobre la Cultural. Todo depende de lo que decida el consejo». En su carrera deportiva, primero como futbolista y más tarde como entrenador, Rocky Liceranzu fue fiel a su tierra: «La primera vez que salí de mi tierra fue para ir al Elche como jugador. Si llego a la Cultural será la primera vez que entrene fuera de mi casa. El que no se lanza al agua no cruza el río», aseveró el bilbaíno.