Las ansias del Mirandés pueden más que las ganas de la Deportiva (4-0)

Nada se jugaba ya la Sociedad Deportiva Ponferradina en el último partido de Liga, ante un Mirandés que llegaba acuciado por el peligro de descenso que, si bien no se confirmó a la conclusión del encuentro, tampoco se disipó puesto que el resto de los marcadores deja a los mirandesistas condenados a disputar la promoción de descenso a Tercera División. La verdad es que nadie en Anduva esperaba un final tan triste para lo que se presentaba como una fiesta enorme, pero un último tanto del Marino en Las Llanas ante el Sestao, echó por tierra lo que durante casi todo el encuentro había sido la permanencia matemática de los burgaleses. En cuanto al partido en sí, nadie puede discutir la justicia del marcador, puesto que el Mirandés superó a un inexperto conjunto berciano, en el que Miguel Ángel Álvarez Tomé dio entrada a muchos jugadores del filial y a dos integrantes del equipo juvenil, que eran Omar Navarro en el lateral diestro y David Álvarez en el medio centro, al lado de Alberto Rivadulla. Pero a pesar de tanta juventud en las filas blanquiazules, todos los integrantes del cuadro visitante dieron la cara ayer en Anduva y eso que el ambiente era de los que impresionan, al menos a futbolistas escasamente experimentados que se encuentran más acostumbrados a jugar con poco público en las gradas. Sin querer destacar a unos más que a otros, porque todos cumplieron con su obligación, agradaron los laterales Omar Navarro y David Matías, y eso que ambos «sufrieron» a un jugador con muchas batallas encima y más calidad todavía, como es un Lasarte que el año pasado hacía diabluras con sus ex compañeros Gallo y Rebollo. En el centro del campo ya había más problemas porque Johny y Montes en las bandas no hacían mucho daño, mientras que Rivadulla y David Álvarez por el centro tenían dificultades para oponer resistencia al vendaval rojillo que además soplaba más fuerza por el rugido incesante de la grada. Arriba estaban bastante desasistidos por ese motivo tanto Brasi como Gonzalo quienes, no obstante, pusieron en algún aprieto a un Triviño que se mostró muy sólido a lo largo de todo el encuentro. Pero si hay que hablar de porteros, capítulo a parte merece la actuación de un David Sierra soberbio, que le demostró al técnico en esta única oportunidad de la que ha dispuesto en Liga, que cuenta con dos garantías bajo los palos, por si a Tomé le quedara alguna duda. La verdad es que le hicieron cuatro goles prácticamente imparables en su ejecución y, por contra, salvó a los blanquiazules de un resultado más contundente, como ya hiciera en la Copa Federación ante el Celta B. Que esté tranquilo Tomé si falta Rubio por alguna circunstancia en la promoción, porque hay portero de categoría en el banquillo. Aguantaron sin demasiados agobios los de Tomé hasta la media hora de partido, cuando se produce un centro medido de Lasarte desde la banda izquierda, donde empezó el partido, para que Diego Gómez peinara levemente, llevando el cuero al poste y en el rechace la pelota le cae al rapidísimo Javicho que fusiló a placer a Sierra, que había volado previamente buscando el remate del ex jugador del Zamora Diego Gómez. Los bercianos sólo amagaron También tuvo sus oportunidades la Deportiva. En el primer tiempo la más clara fue para Montes, tras gran asistencia de Gonzalo que le dejó solo ante Triviño, pero el meta local rechazó a duras penas el remate del cacabelense. En la segunda parte fue más clara la de Kaiku, quien remató desde cerca ante Triviño que hizo la parada de la tarde, rechazando milagrosamente el remate a bocajarro. Pero el Mirandés siguió porfiando y alcanzó tres goles más en el segundo tiempo con los que parecía salvado. Al final llegó la decepción tras el último tanto del Marino que convirtió Anduva en un funeral.