La sorprendente muralla rojiblanca

Pablo y Perea son los únicos jugadores que se salvan de la catastrófica temporada del Atlético de Madrid. El central español (Madrigueras, Albacete, 3-8-1981) ha confirmado lo que ya apuntaba el año pasado en su ciudad. Ferrando se lo trajo al equipo colchonero por sólo tres millones de euros, una cantidad irrisoria en comparación a su rendimiento. Pablo ha demostrado ser un central sobrio, que antepone la efectividad a la espectacularidad. Es el contrapunto al juego de su colega de zaga, Luis Amaranto Perea, quien basa su fútbol en sus excepcionalidades cualidades físicas. Él no. Prefiere la colocación, adelantarse al rival en sus acciones que tirarse al suelo. Entre los dos han formado una de las parejas de centrales más temida en toda la Liga. Además, cuando Pablo no estaba, su equipo se resentía y la afición temblaba. Ha participado a lo largo del curso en 41 partidos, donde ha marcado cuatro goles. Se ha convertido en un fijo en las concentraciones de la selección nacional.