López Riesco fue el principal consuelo para el presidente

El alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, era una de las personas que abarrotaban el palco. Fue la zona más completa del estadio, ya que en otros sitios había gente de pie, pero también sillas desocupadas. El regidor municipal era uno de los que más confiaban en el equipo ya desde antes de su clasificación para la promoción. Había dicho en el Ayuntamiento que si la Deportiva llegaba a la fase de ascenso, estaba convencido de que lograría dar el salto a la Segunda división. Cuando Teixeira Vitienes decretó el final de la contienda, Riesco se convirtió en el improvisado pañuelo del presidente blanquiazul. Con gesto serio, el alcalde trataba de apoyar a un Silvano que apenas podía contener las lágrimas. «Había muchas ilusiones entre todos los que hemos estado aquí. Lo cierto es que yo lo siento de verdad y la ilusión tenía una enorme ilusión. Como le he comentado a los presidentes de los dos equipos ponferradinos este fin de semana, la vida es así y hay que seguir peleando. ahora hay que pensar en el año que viene y a ver si entonces puede ser. En fin; así son las cosas y no hay otra solución».